Fertilización del olivar

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Fertilización del olivar

Fertilización del olivar  - fertilizantes para el olivo

En el pasado, la creencia popular afirmaba que el olivo era adecuado para suelos pobres y secos y que podía tener un rendimiento aceptable en terrenos considerados inadecuados para otros árboles. Aunque esta afirmación es, en parte, cierta, eso no significa que el olivo prefiera dichas condiciones. El olivo prefiere los suelos fértiles con el nivel de humedad adecuado. De este modo obtendremos una producción sostenible y durante muchas décadas.

Antes de aplicar cualquier método de fertilización en nuestro olivar, debemos comprobar las propiedades físicas del suelo (textura, permeabilidad, etc.), así como los niveles de nutrientes existentes. Estas cifras influyen en otras variables que finalmente afectan a la producción. Por tanto, es útil conocerlos para tratar la falta o exceso de algún nutriente y evitar el estrés de los árboles. Dos parámetros muy interesantes son el pH del suelo y el contenido de calcio, ya que ambos afectan la absorción de algunos nutrientes que suministran los fertilizantes. El pH óptimo para el olivo es de 6,5 pero en general puede producir frutos en suelos con un pH entre 5,5 y 8. Una acción correctiva habitual para fijar el pH antes de plantar olivos es agregar cal al suelo (consulte a un agrónomo con experiencia).

Las tasas mínimas aceptables de nutrientes después del análisis químico de hojas son de 1,5% para N, 0,1% para P y 0,5% para K. El nitrógeno es el elemento nutriente más importante cuando cultivamos el olivo para obtener el aceite de oliva o aceitunas de mesa. El nitrógeno es necesario para la germinación y producción de las aceitunas. El principal síntoma de la falta de este elemento es una vegetación anual de menor tamaño. Las hojas son mucho más cortas de lo normal y no se vuelven gradualmente de color verde intenso como las normales. Cuando obtenemos un diagnóstico de falta de nitrógeno, debemos consultar a un agrónomo para establecer un programa de fertilización inteligente.

Un esquema común de fertilización de olivos utilizado por cientos de olivicultores con experiencia consiste en la añadir de 4 a 7 kg (8 a 15 libras) de fertilizante N-P-K 11-15-15 en cada árbol adulto una o dos veces al año. El período más adecuado es el otoño y el invierno en los árboles de secano. Podemos agregar el fertilizante en el suelo a un radio de 2 a 3 pies (60 a 90 cm) del tronco, para evitar la concentración excesiva de un nutriente en un punto frente a otro. Sin embargo, estas son sólo algunas pautas generales que no debe seguir sin haber efectuado su propia investigación. Cada campo es diferente y sus necesidades son distintas. Es bueno realizar análisis del suelo al menos una vez al año y aplicar acciones correctivas después de consultar a un experto.

La materia orgánica en las diversas etapas de descomposición (especialmente como humus) tiene muchas ventajas. Mejora las condiciones del suelo, como por ejemplo la consistencia en los suelos ligeros. También mejora la textura de los suelos pesados, ajusta el pH, mantiene la humedad del suelo, aumenta la capacidad del suelo, activa los microorganismos del suelo y aumenta la absorción de nutrientes. Por tanto, los fertilizantes orgánicos son la base de un programa racional de fertilización del olivo. La mejor época para abonar suele ser durante el otoño. En los olivares de secano y sin precipitaciones frecuentes, muchos agricultores proporcionan de 10 a 20 toneladas de fertilizante por hectárea cada dos años. En áreas bien irrigadas, esta acción correctiva se realiza cada 3 o 4 años. Una vez más, insistimos en que estas son sólo prácticas generales y cada agricultor debe realizar su propia investigación y análisis de suelo o tejidos de su olivar antes de aplicar ningún método de fertilización. Tenga en cuenta que 1 tonelada = 1000 kg = 2.200 libras y 1 hectárea = 2,47 acres = 10.000 metros cuadrados.

Unos buenos niveles de calcio son muy importantes para mantener un olivo sano, ya que el calcio reduce la posibilidad de contagio de enfermedades. El síntoma más común de deficiencia de calcio es la clorosis (las hojas se vuelven pálidas o de color blanco amarillento). La deficiencia de calcio se corrige agregando de 13 a 15 libras (6 a 7 kg) de óxido de calcio por árbol maduro (consulte a un agrónomo con experiencia).

El magnesio y el boro también son importantes para el buen desarrollo de los frutos. El magnesio (Mg) es la parte central de la molécula de la clorofila, mientras que el Boro (B) desempeña un papel clave en el metabolismo y el transporte de azúcares. Si los agricultores obtienen un diagnóstico de deficiencia de magnesio o boro en la mitad del período vegetativo, aplican fertilizantes foliares (11-0-0-16MgO, 20.5% B).

 

Para saber más:

1.) Información sobre el olivo

2.) El cultivo del olivo

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