El cultivo itinerante, también conocido como agricultura de “roza y quema” o agricultura itinerante, es un sistema tradicional de uso de la tierra que se caracteriza por explotar un territorio y después, cambiar de lugar. La FAO (1) define la agricultura itinerante como “un sistema agrícola en el que períodos relativamente cortos de cultivo van seguidos de períodos relativamente largos de barbecho”. Practicada desde hace muchos años, sobre todo en las regiones tropicales, sigue siendo un método de subsistencia vital para millones de personas. Se calcula que entre 300 y 500 millones de personas en todo el mundo practican este tipo de cultivo (2). Los agricultores suelen cultivar una parcela de tierra durante un periodo relativamente corto, que suele terminar cuando el suelo se agota o la tierra se ve invadida por las malas hierbas. Una vez alcanzado este punto, se deja el terreno en barbecho durante un periodo bastante más prolongado para permitir que los procesos naturales restauren su fertilidad.
Principios básicos y etapas de la agricultura itinerante
La agricultura itinerante es un sistema de gestión de recursos que busca el equilibrio entre las necesidades humanas y la capacidad de regeneración de los ecosistemas.
- El ciclo del cultivo itinerante comienza seleccionando el lugar de cultivo.
- A continuación, se despeja el terreno, mediante la tala y posterior quema, acolchado o cualquiera de sus combinaciones, como en los métodos de tala y quema o tala y acolchado. Quemar la vegetación desbrozada libera nutrientes en el suelo, creando un terreno fértil.
- A continuación, los agricultores plantan cultivos de alto rendimiento en este terreno preparado. La tierra se cultiva durante un período relativamente corto, normalmente de 2 a 3 años, cuando el rendimiento de los cultivos disminuye debido al agotamiento del suelo.
- Después del cultivo, la tierra se deja en barbecho durante un largo periodo, para que la vegetación natural restaure la fertilidad y la estructura del suelo. Este periodo de barbecho puede oscilar entre 10 y 20 años, o incluso más. Los agricultores se trasladan a nuevas parcelas a medida que disminuye la fertilidad del suelo, repitiéndose el ciclo.
Sistemas de agricultura itinerante: características
Los sistemas de agricultura itinerante se caracterizan por una gran diversidad y complejidad implican la producción simultánea de diez o más cultivos en combinación con árboles (agrosilvicultura) y ganado (agricultura mixta). Estos sistemas requieren mucha mano de obra, dependen de pocos insumos adquiridos fuera de la misma explotación y la restauración de la fertilidad del suelo se basa en el ciclo de los nutrientes, largos períodos de barbecho, fijación biológica del nitrógeno y selección de especies compatibles. Estos sistemas suelen ser practicados por pequeños propietarios y se gestionan con mano de obra familiar.
La práctica central de la agricultura itinerante es el cultivo intercalado. Con los cultivos intercalados se aprovechan al máximo los nutrientes del suelo y se garantiza una producción de alimentos variada para la familia campesina. Esta práctica también ayuda a controlar las plagas, las enfermedades y la erosión del suelo, problemas habituales en las regiones tropicales. Los agricultores pueden mantener un suministro constante de alimentos durante todo el año alternando los cultivos. Además, se suelen conservar los árboles que existan en la zona para aprovechar sus beneficios, entre ellos medicinales (árbol de Neem, Azadirachta indica, cuyas hojas se han utilizado tradicionalmente para el tratamiento de inflamaciones, infecciones, fiebre, enfermedades de la piel y trastornos dentales), alimentarios y para dar sombra a los cultivos (3).
Zonas y cultivos habituales
Los cultivos propios de los sistemas itinerantes varían mucho en función de las condiciones agroecológicas regionales, las preferencias culturales y la demanda del mercado. Sin embargo, algunos de cultivos más plantados en este sistema son:
- Cereales: maíz, arroz, mijo y sorgo.
- Leguminosas: judías, guisantes, soja
- Cultivos de raíces: mandioca, ñame, batata
- Otros cultivos: hortalizas, frutas y cultivos comerciales como el café o el cacao
La agricultura itinerante se suele practicar en zonas tropicales y subtropicales con abundantes precipitaciones, como la cuenca del Amazonas, América Central y el sudeste asiático. Estas regiones registran temperaturas cálidas constantes, con una media mensual superior a los 18°C durante todo el año. El periodo vegetativo es largo, con temperaturas diarias superiores a los 20°C durante más de 180 días. Además, estas zonas reciben muchas precipitaciones a lo largo del año. Mientras que en la cuenca del Amazonas las lluvias son relativamente constantes, en el África subsahariana la estación seca dura de uno a dos meses.
Ventajas e inconvenientes
La agricultura itinerante ofrece varias ventajas, sobre todo en regiones poco pobladas y con grandes extensiones de tierra. El período de barbecho permite que los procesos naturales restauren los nutrientes del suelo, mejoren su estructura y controlen las plagas y enfermedades. Al mantener paisajes diversos con distintos estadios de vegetación, el cultivo itinerante puede respaldar niveles elevados de biodiversidad. También proporciona una fuente fiable de alimentos y otros recursos para muchas comunidades rurales, apoyando los medios de subsistencia.
Sin embargo, este sistema plantea algunos problemas, sobre todo en zonas con gran presión demográfica o inseguridad en la propiedad de la tierra. La reducción de los períodos de barbecho debido al crecimiento demográfico puede provocar la degradación del suelo, el agotamiento de los nutrientes y la disminución de la productividad. El crecimiento de los terrenos agrícolas puede contribuir a la deforestación y a la pérdida de biodiversidad. Además, el aumento de la demanda de cultivos comerciales puede alterar las prácticas tradicionales y conducir a un uso no sostenible de la tierra.
El futuro de la agricultura itinerante
Para hacer frente a estos problemas y mejorar la agricultura itinerante se pueden implementar diversas estrategias:
- Períodos de barbecho más largos: favorecer períodos de barbecho más prolongados para permitir que el suelo se recupere completamente.
- Incorporar la agrosilvicultura: incorporar árboles y arbustos al sistema mejora la fertilidad del suelo, proporciona otros productos y aumenta la biodiversidad.
- Diversificar los cultivos: sembrar diversos cultivos para reducir el riesgo de malas cosechas y mantener la salud del suelo.
- Mejores técnicas de gestión de la tierra: llevar a cabo prácticas de conservación como los bancales y la agricultura de curvas de nivel para reducir la erosión del suelo.
- Seguridad en la propiedad de la tierra: Proporcionar a los agricultores garantías sobre sus derechos sobre la tierra puede incentivar las prácticas de gestión sostenible.
- Integración en el mercado: Apoyar el desarrollo de productos de valor añadido a partir de sistemas de cultivo itinerantes puede aumentar los ingresos de los agricultores y reducir la presión sobre el medio ambiente.
El cultivo itinerante es un sistema complejo y dinámico que ha sustentado a las poblaciones humanas durante muchos años. Si se entienden sus principios y problemas, se pueden desarrollar estrategias para promover la sostenibilidad y la resiliencia en condiciones medioambientales y socioeconómicas cambiantes.
Referencias
- https://www.fao.org/home/en
- Li, P., Feng, Z., Jiang, L., Liao, C., & Zhang, J. (2014). A review of swidden agriculture in Southeast Asia. Remote Sensing, 6(2), 1654-1683.
- Subapriya R, Nagini S. Medicinal properties of neem leaves: a review. Curr Med Chem Anticancer Agents. 2005 Mar;5(2):149-6. doi: 10.2174/1568011053174828. PMID: 15777222.