Plagas y enfermedades de la endivia y la escarola

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Equipo editorial

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29/08/2024
Plagas y enfermedades de la endivia y la escarola

Plagas más frecuentes de la endivia y la escarola 

En general, las endivias no sufren grandes plagas, pero lo más aconsejable es que los agricultores supervisen sus campos a menudo, vigilen las poblaciones de plagas y tomen todas las medidas de prevención adecuadas.  

Gusanos cortadores (Agrotis spp. y Peridroma saucia)

Los gusanos cortadores negros y variegados son un problema común de los cultivos de escarola y endivia. Las larvas se pueden alimentar de las hojas (y brotes) y cortar los tallos de las plántulas jóvenes cerca de la superficie del suelo. Los gusanos cortadores suelen permanecer ocultos durante el día debajo del suelo. En aquellos campos recién plantados con endivia y  escarola con una infestación grave de gusanos cortadores, los daños que éstos causan a las plántulas pueden provocar la pérdida casi total de la cosecha.

Los agricultores deben supervisar sus cultivos a última hora de la tarde en busca de larvas que pueden ser grises, negras, rosas y verdes (dependiendo de la especie). Éstas alcanzan los 5 cm (2 pulgadas) de largo y suelen enroscarse en una forma de “C” característica. Para controlar mejor las colonias de insectos, el agricultor puede utilizar trampas blancas y amarillas durante la primavera para capturar a los adultos. Si captura más de 40 al final de la primavera deberá estar preparado para aplicar las medidas de control necesarias a principios de verano. Una labranza profunda de 2 a 3 semanas antes de la siembra puede reducir la población de larvas jóvenes en el suelo. Por el contrario, aquellos terrenos en los que no se realice la labranza, puede tener mayores poblaciones de placas. La rotación de cultivos puede ser efectiva pero tenga en cuenta que debe evitar las especies hospedadoras (como la alfalfa). El control químico también es posible y, a veces, necesario en fincas con problemas graves. Los plaguicidas con compuestos activos como el carbaril, la ciflutrina y la permetrina pueden ser eficaces, pero deben utilizarse siguiendo los consejos de un agrónomo y las instrucciones de la etiqueta del producto.

Los minadores (Liriomyza sativae y L. trifolii)

Las larvas pueden habitar en las hojas, creando túneles. Esta actividad daña el tejido foliar, disminuye la capacidad fotosintética y las heridas constituyen zonas de entrada para infecciones de enfermedades. Dado que las endibias y las escarolas se venden principalmente como hortalizas frescas para su  consumo en crudo, estos daños en las hojas y los cogollos pueden provocar la pérdida de su valor comercial. 

Para evitar cualquier pérdida en la calidad, el agricultor debe vigilar de cerca la población del insecto con trampas adhesivas amarillas y aplicar medidas de control cuando la cantidad de insectos/daños supere el umbral de tratamiento. Se debe llevar a cabo un control químico con plaguicidas adecuados y registrados cuando exista más de un minador por hoja antes de la etapa de formación del cogollo de la escarola. Después de esta fase, el umbral de tratamiento es de un minador por hoja por cada 25 plantas. Algunos compuestos activos contra estos insectos son los piretroides, el diazinón y el spinosad. Consulte siempre a un agrónomo autorizado de su zona antes de aplicar cualquier producto de este tipo. En el caso de contar con poblaciones pequeñas de Liriomyza, pueden mantenerlas bajo control los enemigos naturales de esta plaga, como las avispillas parásitas. La rotación de cultivos podría ser útil, pero deberá evitar cultivos como el melón, la alfalfa y el algodón. Por último, aquellos campos con una gran presión de plagas de minadores se deben desbrozar justo después de la cosecha de las endivias y escarolas. 

Enfermedades más importantes de la endivia y la escarola

Manchas foliares  

Al igual que la lechuga, la escarola y la endivia son vulnerables a las manchas foliares de origen fúngico (Septoria, Cercospora y Microdochium) y bacteriano (Xanthomonas campestris pv. vitians). Estos patógenos infectan sobre todo a plantas maduras. Las infecciones suelen suceder cuando se acerca la recolección. Los síntomas aparecen como pequeñas manchas angulosas en el follaje, que al principio son cloróticas y más tarde se convierten en zonas necróticas que se extienden a medida que avanza la enfermedad. Según el patógeno que infecte el cultivo, el aspecto de las lesiones puede ser diferente (acuosas, marrones, más oscuras, se quiebra el centro, etc.). En algunos casos, los nervios de la planta se vuelven negros, se ve afectada la formación de los cogollos, dando como resultado que la planta se caiga. Unas condiciones ambientales frescas y con humedad pueden favorecer que las enfermedades se desarrollen y se propaguen.

El control de la enfermedad comienza con medidas de cultivo y prevención adecuadas. En zonas y épocas en las que se den las condiciones favorables para el desarrollo de patógenos y terrenos con antecedentes conocidos de la enfermedad se debe evitar el riego por aspersión. Utilice sólo semillas certificadas y trasplantes sanos, ya que la bacteria puede nacer de las semillas. Los agricultores de endivia y escarola deben supervisar a menudo sus terrenos y eliminar aquellas plantas con síntomas sospechosos. También es muy importante llevar a cabo el saneamiento adecuado, como desinfectar las herramientas cada vez que toquemos las plantas con ellas y evitar entrar en el campo cuando las plantas estén húmedas.

El estado general de las plantas (nutrientes y nivel de agua, exposición al sol) también puede potenciar su inmunidad. Por último, realice un tratamiento químico solo si el problema es grave y siempre bajo la supervisión de un agrónomo local autorizado.  

Marchitamiento fúngico - podredumbre de la raíz - pudrición blanda

La enfermedad la provocan especies del género Pythium (P. tracheiphilum) y es bastante frecuente en hortalizas de hoja verde como la escarola, la endivia y la lechuga. Los patógenos infectan todas las partes de las plantas en contacto con el suelo. Los síntomas de la infección incluyen una podredumbre blanda que provoca que las plantas jóvenes se marchiten, así como necrosis vascular y cancro en las plantas maduras.

El control de la enfermedad comienza con las medidas de prevención adecuadas entre las que se incluye el control de las malas hierbas para eliminar otras especies hospedadoras (crucíferas) y una gestión adecuada de los residuos de los cultivos. La rotación de cultivos con especies no hospedadoras también puede ser útil. Asimismo, debemos evitar el riego excesivo y las inundaciones, ya que pueden favorecer la enfermedad y aumentar los daños. El tratamiento químico sólo se utiliza si el problema es grave y siempre bajo la supervisión de un agrónomo local autorizado.

References:

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