INFORME DEL MERCADO EUROPEO DE ACEITE DE OLIVA – MAYO 2025
El mercado mediterráneo del aceite de oliva en 2025 atraviesa un periodo de transición, marcado por una recuperación de la producción tras años de sequía y volatilidad, así como por cambios en la dinámica de precios, calidad y comercio internacional. Las mejores condiciones climáticas, especialmente en España, han propiciado un repunte en la producción y niveles de embalses más saludables, mientras que otros grandes productores como Grecia, Italia, Túnez, Turquía, Marruecos y Portugal enfrentan cada uno sus propios desafíos y oportunidades, desde cosechas irregulares y presiones sobre los precios hasta estrategias de exportación en evolución e intervenciones gubernamentales. A medida que el sector se adapta a estos cambios, la diferencia entre los aceites de oliva virgen extra estándar y los de calidad premium sigue siendo marcada, con los aceites de alta calidad manteniendo precios y demanda sólidos, mientras que las calidades estándar enfrentan presiones a la baja debido al aumento de existencias y una competencia creciente. Este panorama en evolución subraya la importancia de la agilidad y la planificación estratégica para productores y exportadores frente a las fuerzas del mercado local y global durante el próximo año.
Desarrollos del mercado español
Condiciones climáticas
Tras las lluvias beneficiosas de marzo y abril, los embalses de agua están significativamente más llenos este año en comparación con las condiciones de sequía de los dos últimos años. Aunque los niveles actuales no garantizan una cosecha exitosa en octubre, sí aseguran que los olivares, que sufrieron en años anteriores, tengan riego adecuado este verano.
En Andalucía, la principal región productora de aceite de oliva, los embalses han alcanzado un 58,25% de su capacidad, reflejando una disminución del 4,91%. A finales de junio, los olivares suelen entrar en la fase de endurecimiento del hueso, cuando el fruto ha alcanzado entre el 50% y el 90% de su tamaño final y la semilla comienza a solidificarse. Esta etapa es crucial ya que marca el inicio de la acumulación de aceite en la pulpa de la aceituna. Sin embargo, la región también enfrenta calor extremo, con temperaturas diurnas que superan habitualmente los 38–40 °C y condiciones secas. Esta combinación de clima intenso y desarrollo fisiológico requiere una gestión cuidadosa.
Durante este periodo crítico, temperaturas moderadas (idealmente entre 30–35 °C), riego controlado y condiciones secas y bien ventiladas son esenciales. Estos factores favorecen el crecimiento saludable del fruto, un endurecimiento eficaz del hueso y el inicio temprano de la producción de aceite, al tiempo que reducen el riesgo de enfermedades. Sin embargo, el calor excesivo y el estrés hídrico pueden alterar este equilibrio. Temperaturas elevadas prolongadas pueden dificultar la formación de aceite, provocar daños por insolación o incluso la caída del fruto. El estrés hídrico es especialmente preocupante, ya que puede detener la acumulación de aceite o hacer que el árbol aborte frutos en desarrollo.
Otra preocupación significativa en esta etapa es la mosca del olivo, que ataca el fruto verde. Las temperaturas más cálidas aceleran su ciclo de vida, por lo que la monitorización y la intervención temprana son cruciales. Un cambio repentino del calor a la lluvia puede aumentar aún más el riesgo de infestaciones por mosca y enfermedades fúngicas como la antracnosis.
Salidas
La campaña de producción de aceite de oliva 2024/25 ha concluido oficialmente, con una aportación adicional de 971 toneladas en mayo, lo que eleva la producción total en España a 1.414.124 toneladas. Al 31 de mayo, las existencias totales, incluyendo el arrastre, alcanzaron las 763.311 toneladas: los productores retenían 555.574 toneladas y los envasadores 220.609 toneladas. El volumen de salidas se mantiene sólido, superando las 120.000 toneladas, situándose en 120.095 toneladas.
Las salidas media anual en España han mostrado fluctuaciones significativas entre 2022 y 2025. En 2023, registraron una caída brusca hasta las 68.627 toneladas, una disminución del 44% respecto a 2022, principalmente debido a condiciones de sequía severa. En 2024 hubo una recuperación parcial, aunque los niveles seguían por debajo del punto de referencia de 2022. Para 2025, el consumo se recuperó con fuerza, alcanzando las 116.477 toneladas, acercándose a los niveles anteriores a la crisis. Esta recuperación sugiere mejoras en las condiciones climáticas y posiblemente cambios estratégicos en el cultivo y prácticas de riego, que han impulsado una fuerte actividad de compra.
Desarrollos del mercado griego
El mercado griego del aceite de oliva a mediados de 2025 se caracteriza por una estabilización tras una etapa de caídas de precios, con los precios del aceite de oliva virgen extra (AOVE) situándose en torno a los €3,90–€4,20/kg, dependiendo de la región y la calidad. Los productores en el Peloponeso y Creta se muestran reacios a vender a esos precios, esperando mejores ofertas, aunque la realidad del mercado y la necesidad de liquidez los empujan a vender a los precios actuales. El mercado sigue siendo desafiante, ya que los compradores —especialmente de Italia— se muestran reticentes a adquirir aceite griego debido a la paridad de precios con el AOVE ecológico español y a preocupaciones sobre la calidad, que ha sido calificada como estándar o baja en recientes pruebas de paneles.
A pesar de estos obstáculos, el comercio interno es activo y hay cierto optimismo por una ligera subida de precios si aumenta la demanda, aunque la ventana para tales incrementos se está cerrando a medida que avanza la temporada.
De cara al futuro, Grecia muestra señales positivas para la cosecha 2025/26, con olivares en el Peloponeso presentando entre un 15% y 20% más de nudos florales que el año anterior, lo que sugiere una cosecha potencialmente fuerte. Sin embargo, el sector sigue bajo presión para liquidar inventarios antes de la nueva campaña, y el mercado mediterráneo en general es altamente competitivo, con Túnez y Turquía ofreciendo precios agresivos. La dinámica de exportación está cambiando, y se recomienda a los productores griegos asegurar contratos a futuro y diversificar sus estrategias comerciales, especialmente dado que se proyecta un aumento en el consumo global y se espera que las existencias de la UE se recuperen al cierre de la campaña 2024/25. Aunque las perspectivas son cautelosamente optimistas, los productores deben permanecer ágiles ante la evolución de la demanda, las expectativas de calidad y la competencia internacional.
Actualización del mercado italiano – Mayo 2025
En mayo de 2025, el mercado italiano del aceite de oliva mostró una continua resiliencia en precios, con el precio del AOVE en origen en Bari promediando los €970 por 100 kg, reflejando un leve aumento del 0,5% respecto al mes anterior y contrastando con las fuertes caídas vistas en España y Grecia. A pesar de la tendencia europea general de caída de precios debido a mejores previsiones climáticas y de producción, los bajos niveles de existencias y la menor producción mantuvieron elevados los precios en Italia, especialmente para los aceites de alta calidad, que siguen siendo escasos y con fuerte demanda.
La producción total del país para la campaña 2024/25 se estima entre 215.000 y 235.000 toneladas —más de un 30% por debajo de la temporada anterior—, principalmente debido a la sequía prolongada y al clima adverso en las regiones del sur. Esto genera preocupación sobre el posicionamiento de Italia entre los mayores productores mundiales. Mientras que la demanda se mantiene estable y las exportaciones son sólidas, el mercado está marcado por la incertidumbre, ya que los productores enfrentan altos costos y una oferta limitada, y los compradores vigilan el posible impacto de políticas comerciales internacionales y las perspectivas de futuras cosechas.
Actualización del mercado en otros países mediterráneos
Túnez experimentó una fuerte recuperación de la producción, proyectando una cosecha de 340.000 toneladas, un aumento del 55% respecto al año anterior, lo que llevó a una fuerte caída en los precios mayoristas a €4,1–€5,6 por litro y un aumento en los volúmenes de exportación, aunque los valores de exportación disminuyeron por la corrección de precios globales y el aumento de la competencia.
Turquía logró una cosecha récord, con una producción estimada de 475.000 toneladas, y respondió levantando su prohibición de exportación de aceite de oliva a granel, lo que provocó una caída de los precios internos (de €9 a €7 por litro, con más descensos esperados) y ofertas de exportación muy competitivas que a menudo están entre €0,50–€1,00/kg por debajo de los precios españoles.
Marruecos, en cambio, enfrentó su tercer año consecutivo de cosechas en declive debido a la sequía, con una producción prevista de 90.000 toneladas —muy por debajo de su promedio de cinco años—, lo que llevó al gobierno a suspender los aranceles de importación y a importar aceite para satisfacer la demanda interna, mientras los precios locales continuaban en alza.
Portugal se benefició de mejores condiciones climáticas y se proyecta que producirá entre 190.000 y 210.000 toneladas, con precios estabilizándose en torno a los €5,80/kg, reflejando la tendencia mediterránea de mayor oferta y precios a la baja, aunque los aceites de alta calidad siguen siendo escasos y mantienen una prima.
Nuestra visión
Los últimos datos de la AICA confirman que el sector del aceite de oliva ha entrado en una fase clara de recuperación. Con una cosecha que supera los 1,4 millones de toneladas en 2024/25 y floraciones prometedoras en las últimas semanas, la atención ahora se centra en el arrastre disponible para la campaña 2025/26. La gran pregunta: ¿cuánto aceite quedará disponible cuando los molinos vuelvan a moler en otoño?
Las cifras mensuales refuerzan esta tendencia positiva. Por primera vez desde los años de crisis, la producción mensual ha superado las 120.000 toneladas, marcando un hito simbólico y práctico en el proceso de recuperación. Este impulso sugiere no solo una producción estabilizada, sino también una renovada confianza del mercado, respaldada por fuertes existencias y una robusta actividad comercial tanto interna como en exportación.
Desde una perspectiva de precios, la segmentación entre AOVE estándar y premium sigue siendo clara. Se espera que los aceites de calidad superior mantengan su valor, con precios que probablemente no bajen de €3,80–3,90/kg, aunque el umbral psicológico de los €4 parece definitivamente superado. El mercado se está recalibrando, y los €4/kg para el AOVE a granel ya no son una referencia viable en el futuro inmediato.
En cambio, el mercado de calidad estándar muestra tensiones a corto plazo, impulsadas por los esfuerzos de los productores por recuperar unos céntimos y defender los precios. Esta postura defensiva es particularmente visible en zonas como Jaén, donde los mayores niveles de existencias podrían ejercer presión bajista sobre los proveedores locales, posiblemente traduciéndose en un aumento de actividad comercial durante el verano.
Mientras tanto, el aceite de orujo permanece estable, comerciándose en torno a los €2,15–2,20/kg (refinado), y se espera que el lampante se mantenga en el rango de €2,70–2,80/kg. Aunque estos segmentos son menos volátiles, están influenciados por la mayor disponibilidad de aceites de menor calidad, especialmente en un contexto de mejora de la producción total.
El comportamiento de los envasadores también está evolucionando. Los envasadores españoles disfrutan actualmente de mejores niveles de existencias que sus homólogos italianos, lo que puede inclinar la influencia del mercado a corto plazo hacia España. Sin embargo, se espera que los envasadores italianos se vuelvan más activos en los próximos tres meses, lo que podría introducir nuevas dinámicas, especialmente en mercados sensibles a la calidad y el origen.
Grecia sigue siendo una pieza importante del rompecabezas, con volúmenes significativos de aceites de mayor calidad. Sin embargo, a diferencia de algunos productores españoles, los proveedores griegos están bajo menos presión comercial para liberar existencias y es probable que mantengan sus posiciones, especialmente ante una demanda sostenida de aceite de calidad durante los meses de verano.
Por último, los niveles de los embalses en las principales regiones productoras son saludables, garantizando el riego durante la temporada seca. Esto elimina una fuente importante de incertidumbre que pesó sobre el mercado en años anteriores y refuerza aún más la tesis de una estabilización estructural y psicológica del mercado.
Tendencias de precios y corrección del mercado
La corrección de precios que comenzó a principios de 2025 ha continuado en mayo, con los precios en origen para el AOVE mostrando importantes descensos interanuales en la mayoría de los países productores. Según datos del Consejo Oleícola Internacional de la primera semana de mayo de 2025, los precios en Jaén (España) se situaban en €3,55/kg, lo que supone una caída del 53% respecto al mismo periodo del año anterior. De forma similar, los precios en Chania (Grecia) cayeron a €3,90/kg, representando una disminución del 46% interanual. Italia sigue siendo la excepción, con precios en Bari que se mantienen en €9,70/kg, con un ligero aumento del 0,5% en comparación con mayo de 2024.
El Índice Armonizado de Precios al Consumidor (HICP) de la Comisión Europea para el aceite de oliva en la UE-27 reflejó esta tendencia a la baja, cayendo un 13,9% en febrero de 2025 respecto al año anterior, continuando el descenso iniciado en abril de 2024. Esta normalización de precios está influyendo gradualmente en el comportamiento del consumidor, con analistas del mercado observando un retorno al consumo de aceite de oliva después de que muchos hogares cambiaran a alternativas más baratas durante los picos de precios recientes. Los datos actualizados de monitoreo de precios de la Comisión Europea del 17 de junio de 2025 proporcionan evidencia clara de esta corrección, aunque la segmentación entre AOVE estándar y premium sigue siendo muy evidente.
Perspectivas futuras y proyecciones del mercado
De cara al futuro, las perspectivas para la cosecha 2025/26 son cautelosamente optimistas. Los olivares del Peloponeso (Grecia) muestran entre un 15% y 20% más de nudos florales que el año pasado, lo que sugiere una cosecha potencialmente fuerte. No obstante, el sector sigue bajo presión para liquidar inventarios antes del inicio de la nueva campaña, y el mercado mediterráneo sigue siendo altamente competitivo, con Túnez y Turquía ofreciendo precios agresivos.
El pronóstico agrícola a medio plazo de la Comisión Europea sugiere que la producción y el consumo de aceite de oliva enfrentarán desafíos en la próxima década debido al cambio climático y su impacto en la disponibilidad de agua y la productividad del suelo. Estos cambios están "limitando el potencial de crecimiento del rendimiento y provocando un desplazamiento hacia el norte de las zonas agroclimáticas, lo que afecta los patrones de cultivo, incluido el olivar", y se espera que estas tendencias se intensifiquen.
La rentabilidad futura del sector del aceite de oliva de la UE dependerá del éxito en la transformación de los sistemas de producción, especialmente la transición de olivares extensivos a plantaciones intensivas y altamente mecanizadas. Se espera que las inversiones en plantaciones en España y Portugal contribuyan a un crecimiento medio anual de producción del 1,2% en España y del 1% en Portugal durante la próxima década, mientras que Italia y Grecia podrían enfrentar desafíos debido a la reducción gradual de tierras dedicadas al olivo.
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Fuentes:
Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA)
Ministerio de Agricultura y Silvicultura de Turquía
Oficina Nacional del Aceite de Túnez (ONH)
Ministerio de Agricultura de Túnez
Consejo Oleícola Internacional
Comisión Europea