Como los animales, las plantas tienen un sistema inmune que reconoce las amenazas (como los patógenos) y que inicia una respuesta para defenderse.
La resistencia a la enfermedad es la capacidad que tiene una planta de restringir el crecimiento/desarrollo de un patógeno específico para disminuir o evitar daños.
La resistencia se produce cuando los rasgos químicos o estructurales de la planta impiden que los insectos o patógenos la infecten o se alimenten de ella (p.ej., disminuyendo la digestibilidad o el sabor agradable de sus tejidos). Esto minimiza el daño que un herbívoro pueda causar a una planta. En algunos casos “resistencia” se utiliza como sinónimo de inmunidad.