Función inmunitaria: La finalidad del sistema inmunitario es convertir en inofensivo un agente extraño como una bacteria, un protozoo, un virus o una entidad no infecciosa como una sustancia química o una toxina. El sistema inmunitario utiliza varios métodos para desintoxicar estos agentes extraños o antígenos. Qué cantidad de oligoelementos necesita un animal viene determinado sobre todo por el crecimiento de éste o la respuesta reproductiva y no por la capacidad del sistema inmunitario para responder a un problema determinado. Cada vez existen más pruebas de que los animales sanos suelen necesitar menos oligoelementos que aquellos animales que afrontan un problema inmunológico.
El cobre: se ha demostrado que los niveles de cobre en la dieta afecta a la resistencia de las ovejas a las infecciones bacterianas. La resistencia a los parásitos internos también disminuye por la carencia de cobre.
Está ampliamente reconocido que el ganado de engorde que procede de zonas con carencia de cobre responde peor a las vacunaciones contra las enfermedades asociadas a la fiebre aftosa que el ganado que ha recibido una cantidad adecuada de cobre. Las dietas ricas en molibdeno y azufre pueden comprometer el estado del cobre del ganado al formar complejos insolubles en el rumen. Los bovinos con deficiencia de cobre corren mayor riesgo de infección que los que recibieron suplementos de cobre.
Hierro: el hierro es un oligoelemento interesante en el sentido de que tanto una deficiencia como un exceso pueden comprometer el sistema inmunitario. Se ha comprobado que el hierro sérico disminuye de forma precoz en respuesta a las infecciones bacterianas y víricas y repunta rápidamente cuando se recupera. Los animales con anemia son mucho más susceptibles a sufrir infecciones que aquellos que cuentan con una cantidad adecuada de hierro. Se ha demostrado que suministrar un suplemento de hierro una vez que el animal se ha infectado aumenta la actividad bactericida del hígado y el bazo. Estos, junto con otros datos en pollos de engorde demuestran que, aumentar el hierro una vez que se ha producido la infección mejora el sistema inmunitario a la hora de destruir el organismo invasor.
Selenio: el selenio está reconocido como un estimulante inmunitario para cerdos, aves de corral y rumiantes. El selenio y la vitamina E se suelen complementar porque desempeñan funciones fisiológicas similares. No obstante, investigaciones recientes han demostrado que sus efectos son aditivos cuando se miden como respuesta inmunitaria en cerdos. El papel de la vitamina E también es importante, ya que una ingesta elevada de selenio sin una cantidad adecuada de vitamina E no reduce la mastitis.
Cromo: suministrar cromo tiene más ventajas en periodos de mucho estrés. El estrés del transporte, por ejemplo, suele deteriorar el sistema inmunitario y hacer que los animales sean más susceptibles a patógenos invasores. El estrés suele provocar una mayor movilización de glucosa, lo que aumenta la movilización de cromo de las reservas corporales. Ofrecer suplementos de cromo puede aumentar la resistencia a la mastitis de las vacas lecheras. Se sabe que los glucocorticoides, entre los que se incluye el cortisol, inhiben el sistema inmunitario.
La sal como portadora de oligoelementos: los oligoelementos actúan como llaves que desbloquean la capacidad del sistema inmunitario para rechazar a los invasores. Para maximizar las funciones inmunitarias, debemos suministrar estos oligoelementos con regularidad. Debido a que muchos compuestos de oligoelementos cuentan con un sabor desagradable en su forma pura, es importante suministrarlos de manera que podamos garantizar una ingesta adecuada con regularidad. El método de administración más seguro y eficaz es la sal mineralizada bien enriquecida. El suministro adecuado de minerales traza no eliminará las enfermedades, pero permitirá que el sistema inmunitario del animal responda con la máxima eficacia para minimizar el riesgo de pérdidas económicas significativas.
Síntesis de vitaminas: los microorganismos del rumen fabrican todas las vitaminas B y la vitamina K. La síntesis de vitaminas en el rumen es suficiente para el crecimiento y el mantenimiento. En condiciones normales, el ganado con rúmenes funcionales no necesita suplementos de vitaminas B o vitamina K en su dieta. En condiciones de estrés sí que pueden ser necesarias la niacina (B3) y la tiamina (B1).
Digestión de las grasas: la mayor parte de la digestión y absorción de las grasas se produce en el intestino delgado. Los microorganismos del rumen transforman los ácidos grasos insaturados en saturados añadiendo moléculas de hidrógeno. Esto quiere decir que las vacas absorben más grasa saturada que los animales de estómago simple. La alimentación con grandes cantidades de ácidos grasos insaturados puede ser tóxica para las bacterias del rumen, reducir la digestión de la fibra y reducir el pH del rumen.
Más información en los libros del autor
Para saber más:
Los suplementos de proteínas en la alimentación animal
La importancia de la formación de los ganaderos en sostenibilidad y la seguridad alimentaria