Plagas del ganado: parásitos internos

James Mwangi Ndiritu

Gerencia y Gestión Medioambiental, Consultor en Agronegocios

5 min lectura
20/11/2024
Plagas del ganado: parásitos internos

Cuando las prácticas de producción ganadera se intensifican, se crea un entorno propicio para la multiplicación de diversas plagas que pueden reducir la productividad del animal. Algunas plagas compiten por el alimento, como es el caso de los hematófagos, mientras que otras actúan como vectores de enfermedades. Existen plagas que están presentes durante todos los períodos de producción y suponen un problema importante para los ganaderos. Con frecuencia, algunas medidas y prácticas de control provocan que algunas plagas sean más difíciles de controlar. Las repetidas aplicaciones de la misma formulación pueden causar que las plagas desarrollen resistencia al remedio. 

Existen dos tipos de plagas en función de dónde causan daños al ganado: las internas y las externas. Realizar un diagnóstico correcto es esencial por lo que los ganaderos deben conocer bien los distintos problemas que afectan a sus rebaños para utilizar el mejor mecanismo de control, económicamente viable, que garantice una producción ganadera óptima.

Parásitos internos

Los parásitos internos se suelen controlar tratando de forma regular a todos los animales con una formulación adecuada que recomendará el veterinario. Es importante contar con un programa que indique cuándo se debe tratar al animal. Se debe tratar a todo el ganado cuatro meses después de un período largo de lluvias con un remedio de amplio espectro. En aquellas zonas donde esté presente la fasciolosis hepática (regiones húmedas y pantanosas) también se deben suministrar compuestos con fluquicidas cada cuatro meses. Se deben tratar a los parásitos gastrointestinales con compuestos que tengan una gran eficacia. Un tratamiento cada tres meses de edad es suficiente.

Parásitos gastrointestinales (gastroenteritis parasitaria)

Las estaciones cálidas y húmedas son ideales para los parásitos que se alojan en el estómago, ya que pueden alcanzar cifras máximas más elevadas y permanecer cerca de esas cifras durante más tiempo. En el ganado vacuno, la consecuencia principal de los parásitos gastrointestinales es un crecimiento deficiente (o la pérdida de peso) con diarrea. Es raro que provoque la muerte del animal, pero las ovejas son más susceptibles que los bovinos. El control de las lombrices es importante, sobre todo en el ganado joven, y siempre debe formar parte del plan sanitario. También es clave ser consciente del creciente problema de la resistencia de los parásitos a los remedios, en particular los que se encuentran en las ovejas, para minimizar el riesgo de que se encuentren lombrices resistentes en su granja.

Síntomas clínicos: 

Diarrea, a menudo verde y profusa; pérdida de peso; gran número de animales afectados.

Diagnóstico: recuento de huevos de lombriz: recoja diez muestras de heces lo más frescas posible y envíelas a su veterinario o laboratorio.

Tratamiento y prevención

La prevención es mucho más económica que el tratamiento; planificar la desparasitación puede ahorrar una cantidad significativa de dinero. Cada explotación debe contar con su propio plan de desparasitación en función de la gestión de la finca, los antecedentes y el tipo de ganado. Factores a tener en cuenta a la hora de elaborar el plan: 

Gestionar de forma eficaz los pastos de manera que el ganado no paste en pastos contaminados durante la temporada alta. Esto puede ser tan sencillo como trasladar al ganado a pastos frescos en los que no se haya pastado (como los restos de ensilado) justo antes de que aumente el número de larvas con el calor.

Alternar y reducir la desparasitación rutinaria mediante el control, en particular del recuento de los huevos de lombriz y el crecimiento. Esto le ahorrará dinero y reducirá el riesgo de que se desarrollen resistencias en su granja. 

Es importante recordar que el control de los gusanos pulmonares es un problema cada vez mayor en muchas granjas. Las medidas de control, como la gestión de los pastos, son menos eficaces para los parásitos pulmonares que para los intestinales, por lo que se debe recurrir a la vacunación para controlarlos.

Fasciolosis hepática

Los más afectados por la fasciolosis hepáticas son los terneros y los añojos, pero cualquier animal puede ser susceptible a los efectos de la infección independientemente de la edad. Los huevos del trematodo adulto pasan al intestino y se eliminan con las heces. Un solo trematodo puede depositar entre 5.000 y 20.000 huevos al día. Los huevos de trematodos eclosionan en pequeñas larvas infecciosas en condiciones húmedas y cálidas. 

Una vez ingerido por el ganado, el pequeño trematodo perfora la pared intestinal y pasa al hígado. Son comedores voraces que migran a través del parénquima hepático hasta alcanzar el conducto biliar, donde maduran y permanecen durante 10-12 semanas después de la infección inicial.

Antes de entrar en el rebaño, cualquier animal recién comprado debe ser tratado con fluquicidas para evitar que aumente la incidencia de esta enfermedad. Otros métodos de gestión para reducir la presencia de esta enfermedad son cercar los hábitats de caracoles o retirar el ganado de las zonas afectadas. Otra posibilidad es drenar los hábitats de caracoles. Sin embargo, muchos hábitats de caracoles se encuentran en zonas inundadas y muy lluviosas.

Sin embargo, la dosificación puede ser útil durante el periodo de conversión en explotaciones con una elevada incidencia de lombrices, en caso de que los tratamientos se puedan reducir o dosificar. Es aconsejable utilizar un producto que mate tanto a los gusanos inmaduros como a los adultos. Es posible tratar a los animales jóvenes a la vez. El triclabendazol eliminará todas las lombrices y es el tratamiento más recomendable. Los terneros son más difíciles de tratar, ya que pueden estar lactando durante el periodo.

Es posible tratar selectivamente a las vacas que presenten la mayor concentración de parásitos (a juzgar por el recuento de huevos en las heces) en lugar de tratar a todo el rebaño. Esto requiere una observación precisa y un recuento regular de los huevos fecales durante el periodo de riesgo. Por el momento, durante la lactación sólo se pueden utilizar la oxiclozanida, el albendazol y el netobium, que sólo son eficaces contra los parásitos adultos.

Más información en el libro del autor, James Mwangi Ndiritu:  “Success in agribusiness: Profitable milk production”.

Para saber más:

Mastitis en el ganado vacuno: causas, síntomas y tratamiento

James Mwangi Ndiritu
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