Si queremos que nuestro balcón o terraza tenga un aspecto bonito y colorido con flores perennes que crezcan y florezcan durante casi todo el año, la primera planta que nos viene a la cabeza son los típicos geranios de toda la vida.
Los geranios son unas plantas perennes del género Geranium. No debemos confundirlos con los pelargonios (Pelargonium spp.), que suelen ser plantas anuales menos resistentes al frío. En ambas especies (geranios y pelargonios) observaremos cinco pétalos en las flores. Sin embargo, en los pelargonios, la forma y el tamaño de los dos pétalos superiores es diferente a los demás, lo que crea una asimetría. Por el contrario, en los geranios observamos una simetría relativa de los cinco pétalos. Otra diferencia es que los geranios crecen más erguidos debido a que su dosel es más bajo y ancho que el de los pelargonios.
El geranio es una de las plantas que mejor se adaptan y pueden ofrecer color a las macetas colgantes y las terrazas durante el verano. No subestime su durabilidad en el tiempo. Se han dado casos de geranios que han vivido 25 años o más al recibir los cuidados adecuados. De hecho, el geranio es una de las pocas especies que crece mejor en macetas que en tierra. La ventaja de que crezcan en macetas es que:
- Nos podemos mover a su alrededor e incluso trasladarlos al interior durante el invierno para protegerlos de los vientos fuertes que pueden dispersar los pétalos de las flores y dañar la planta.
- No tienen que competir con las malas hierbas por el agua, los nutrientes y el acceso a la luz del sol.
- Existen menos enemigos como los caracoles por lo que las plantas sufren daños menores a causa de sus actividades.
- Podemos controlar de forma más eficaz la humedad del suelo mediante el riego.
Sin embargo, una elevada humedad del suelo puede provocar la asfixia y pudrición de las raíces. El riego excesivo es la causa más común de la senescencia de los geranios. Por eso, solo debemos regar las plantas cuando la tierra de la maceta esté completamente seca (se nota con la mano). También es muy importante aplicar el agua directamente en la tierra, donde crecen las raíces, no en las hojas.
Veamos los pasos que necesitaremos seguir una vez hayamos comprado nuestros geranios del vivero (o de cualquier floristería).
Comprar y trasplantar un geranio a una maceta
Además de otras ventajas, los geranios son relativamente baratos. Lo primero que necesitamos es trasplantar los geranios en macetas más grandes, lo ideal es que sean de terracota. A diferencia del plástico, este material es poroso y ayuda a disminuir la humedad excesiva de la tierra que puede ser perjudicial para nuestras plantas. Sin importar cual sea el material de la maceta, debemos hacer agujeros en la parte inferior de esta para permitir que drene el exceso de agua en pocos minutos.
Para evitar que se pudran las raíces debemos evitar la tierra rica en turba, ya que retiene el agua. En su lugar, podemos elegir un sustrato para macetas que ofrezca un buen drenaje y mezclarla con arena de río.
Inmediatamente después de trasplantar las plantas en sus nuevas macetas, debemos retirar las flores marchitas cortando el tallo que las sujeta desde el primer nudo (punto de ramificación).
Esto es un proceso necesario que ayudará a la planta a concentrar toda su energía, nutrientes y agua para formar brotes nuevos que nos sorprenderán muy pronto con su aparición, fortaleza y colores. Además de esto, también debemos eliminar los brotes con hojas marrones y marchitas. Cuando el dosel de la planta es muy denso necesitamos aclararlo un poco. Desafortunadamente, en este caso es necesario eliminar material vegetal que, aunque está sano y verde, evita que el aire y la luz del sol alcancen el interior del dosel de la planta. Para inducir la formación de nuevos brotes y flores y mantener nuestras plantas sanas y coloridas, necesitamos realizar esta poda todos los años, al menos en primavera y en otoño.
Una vez que hayamos terminado de trasplantar y podar nuestros geranios, es necesario colocar las macetas en un lugar de nuestro balcón donde haya luz solar durante al menos 6 horas al día. Los geranios pueden crecer bien a la sombra, pero en estas condiciones, darán prioridad a la formación de hojas en lugar de flores. Las flores serán menos numerosas y no tan impresionantes.
Necesidades de nutrientes y fertilización de los geranios
A pesar de su naturaleza en general resistente, los geranios necesitan fertilización desde la primavera hasta el otoño, sobre todo cuando crecen en macetas. Lo ideal es enriquecer la tierra una vez al mes con un abono soluble NPK 7-7-7 o 10-10-10 que contenga Fe, Cu, Mn y Zn. La dosis exacta de cada fertilizante vendrá indicada por el fabricante en la etiqueta del producto. Normalmente, disolvemos un tapón (de fertilizante en polvo) en 3 litros de agua. Aplicamos la solución final directamente en la tierra, evitando mojar las hojas de la planta. Otra alternativa es añadir una vez al mes entre 20 y 40 gramos de un fertilizante granulado genérico para frutas y hortalizas. Regaremos inmediatamente después para disolverlo con agua y liberar así los nutrientes que contiene. En este caso, debemos añadir el hierro y el cobre por separado, utilizando otro producto.
Durante y después del invierno
Debemos tener en cuenta que será necesario cambiar de posición las macetas durante el otoño, antes del invierno, para protegerlas de los vientos fuertes, la nieve o las heladas. En regiones o países donde las temperaturas descienden por debajo de los 5 grados Celsius (41 grados Fahrenheit), podemos cubrir las plantas o colocarlas dentro de casa para que sobrevivan al invierno.
Una vez hayan pasado las últimas heladas, podemos volver a trasladar nuestras plantas a ese lugar soleado de la terraza. La transición debe hacerse gradualmente para evitar que las plantas sufran un shock por el cambio brusco de temperatura. Por ejemplo, podemos dejarlas fuera durante un breve periodo de tiempo durante los primeros días e ir aumentándolo en los días siguientes. Por último, tras eliminar los brotes secos e innecesarios, podemos volver a abonar las plantas para ayudarlas a producir nueva vegetación y flores.