El impacto del derretimiento de los glaciares en la seguridad alimentaria y cómo pueden responder los agricultores
Después de la existencia de un suelo saludable, la disponibilidad de agua es el segundo factor más crucial para que la agricultura prospere. La importancia vital del agua y los desafíos que enfrenta debido al cambio climático y las malas prácticas cobran relevancia en el Día Mundial del Agua 2025. Este año, el tema central es la “Preservación de los glaciares” y su papel fundamental en el sostenimiento de los sistemas alimentarios globales, tanto de manera directa como indirecta.
En este artículo, daremos un paso más allá: no solo destacaremos la importancia de los glaciares para la agricultura y las consecuencias de su derretimiento, sino que también presentaremos estrategias de gestión valiosas para que los agricultores puedan enfrentar esta nueva realidad y sus desafíos de manera eficiente en sus campos.
Los glaciares suelen ser conocidos como las "torres de agua del mundo" porque almacenan enormes cantidades de agua dulce. Sin embargo, a medida que el cambio climático acelera su derretimiento, las consecuencias para la agricultura y la seguridad alimentaria son profundas. Millones de agricultores, especialmente en Asia y Europa, dependen del agua de deshielo glaciar para el riego. La reducción de este recurso crucial representa una grave amenaza para la producción de alimentos, especialmente para cultivos que requieren grandes cantidades de agua, como el arroz, el trigo y el algodón.
El impacto del derretimiento de los glaciares en la agricultura y la seguridad alimentaria
Escasez de agua dulce en las temporadas de mayor crecimiento
Los glaciares, especialmente los de las cadenas montañosas del Himalaya y los Alpes, desempeñan un papel fundamental en la seguridad alimentaria global. Alimentan grandes ríos como el Ganges, el Indo y el Yangtsé, que sostienen la agricultura de miles de millones de personas.
Sin embargo, debido al aumento de las temperaturas globales, estos glaciares están reduciéndose a un ritmo alarmante. Según un informe del ICIMOD, para finales de este siglo, un aumento de temperatura de 1.5 a 2 grados Celsius podría hacer que el Himalaya pierda hasta el 50 % de su hielo, reduciendo drásticamente la disponibilidad de agua de deshielo para el riego.
Uno de los principales impactos del retroceso de los glaciares es la alteración en el momento del suministro de agua. En regiones como Pakistán e India, el agua de deshielo, que antes proporcionaba un riego constante durante los meses secos, ahora se prevé que fluya antes en el año, dejando a los agricultores con suficiente agua en las temporadas de mayor crecimiento. Según estimaciones de investigadores de la Universidad de Wageningen, hasta 130 millones de agricultores dependen del agua de deshielo para cultivar arroz, trigo y algodón en estas regiones. Este cambio obliga a una mayor dependencia de las aguas subterráneas, que ya están en proceso de agotamiento. De manera similar, en países europeos como los Países Bajos, la disminución de las nevadas y el retroceso de los glaciares en los Alpes ya están afectando el suministro de agua dulce, especialmente en la cuenca del Rin, crucial para el riego.
Figura 1: Mapa global con las zonas con problemas de salinización del suelo
Problemas de salinidad del suelo y del agua
A medida que los glaciares se reducen, la disminución del aporte de agua dulce agrava la salinidad del suelo, un desafío importante para la agricultura. En muchas regiones, la disminución del caudal de los ríos permite que el agua salada se infiltre en las tierras de cultivo, reduciendo la fertilidad del suelo y el rendimiento de los cultivos. Este problema es especialmente grave en áreas como el delta del Amudarya, donde los ríos alimentados por glaciares están desapareciendo.
Al mismo tiempo, la situación se agrava debido a prácticas de riego inadecuadas, la extracción excesiva de aguas subterráneas y sistemas de drenaje deficientes, que pueden provocar la acumulación de sales en el perfil del suelo, volviendo la tierra gradualmente inadecuada para el cultivo. La salinización afecta a más del 50 % de las tierras de riego en Uzbekistán, amenazando la sostenibilidad agrícola a largo plazo. Niveles elevados de salinidad dificultan la absorción de nutrientes, obstaculizan el crecimiento de las plantas y pueden reducir los rendimientos entre un 20 % y un 50 % en casos extremos.
-
El impacto de la salinización del suelo en los cultivos: síntomas comunes
La salinización del suelo impacta significativamente el crecimiento de los cultivos, con síntomas que varían según la gravedad. En las primeras etapas, el estrés leve por salinidad puede hacer que las plantas adquieran un tono azul verdoso distintivo, mientras que pueden formarse depósitos blancos de sal en la superficie del suelo.
Los cultivos en áreas afectadas por la salinidad a menudo presentan un crecimiento desigual, con parches estériles—secciones de tierra sin vegetación—que se vuelven más prominentes a medida que aumentan los niveles de salinidad. Estas áreas estériles, comunes en cultivos de cereales y forrajes, sirven como un indicador de la concentración de sal en el suelo.
En casos menos severos, donde la salinidad no es lo suficientemente alta como para causar la pérdida total de los cultivos, se pueden observar un vigor irregular en las plantas y un crecimiento atrofiado, menciona Luca Buzzotta (defensor de la agricultura sostenible y CEO de Naturnova).
El gobierno de Queensland, en su guía para identificar la salinidad, menciona que la salinidad moderada, particularmente cuando está distribuida de manera uniforme, puede ser difícil de detectar, ya que puede no causar daños visibles más allá de las tasas de crecimiento reducidas. Las plantas en suelos salinos tienden a tener hojas más pequeñas y de un tono azul verdoso más oscuro, y a menudo se parecen a las que están bajo estrés por sequía debido a su capacidad reducida para absorber agua de manera eficiente. Además, los suelos afectados por la sal pueden provocar la acumulación de elementos tóxicos, manifestándose como quemaduras marginales o en las puntas de las plantas lechosas. En contraste, las especies no lechosas pueden tolerar concentraciones similares o incluso más altas de estos elementos sin mostrar daños visibles inmediatos. Con el tiempo, la exposición prolongada a la salinidad puede comprometer la salud de las plantas, reducir los rendimientos de los cultivos y, en última instancia, amenazar la productividad agrícola.
Qué pueden hacer los agricultores para adaptarse a la escasez de agua y la salinización
Dado los cambios inevitables en la disponibilidad de agua debido a la pérdida de glaciares y el aumento de los problemas relacionados con la salinización del suelo y el agua, los agricultores deben adoptar prácticas sostenibles para asegurar su subsistencia. Algunas estrategias clave de adaptación incluyen:
- Medidas de conservación del agua: Los agricultores deben invertir en técnicas de riego eficientes y precisas, como el riego por goteo, que entrega el agua directamente a las raíces de las plantas, reduciendo las pérdidas y la cantidad de agua utilizada. Al mismo tiempo, los sensores pueden ayudar a aplicar el riego en el momento y la cantidad correcta para satisfacer las necesidades del cultivo. Además, depender en exceso de las aguas subterráneas no es una solución sostenible. Los agricultores deberían adoptar prácticas de recolección de agua de lluvia y construir pequeños reservorios para almacenar el excedente de agua durante las estaciones húmedas y utilizarlo en los meses más secos. Puedes encontrar más información en el artículo de Canol Ojukwu.
- Prácticas sostenibles de uso y cultivo de la tierra: En lugares vulnerables como los Países Bajos, los expertos sugieren cambiar de cultivos que requieren mucha agua a granos más resistentes a la sequía. Al mismo tiempo, la adopción de prácticas como la labranza cero o reducida y el acolchado puede ayudar a proteger los niveles de humedad del suelo y reducir las pérdidas (por evaporación). El uso de cultivos de cobertura puede proteger aún más la humedad del suelo y aumentar su fertilidad. Finalmente, la aplicación de materia orgánica y yeso puede mejorar la estructura del suelo y corregir el pH. Los agricultores deben considerar la adopción de sistemas de cultivo alternativos, como la acuaponía y la hidroponía, que reducen la dependencia del suelo y optimizan el uso del agua.
- Diversificación de cultivos y uso de variedades resistentes a la sequía y a la salinidad: Cultivar cultivos resistentes a la sequía y tolerantes a la sal, como el sorgo, el mijo y la quinoa, puede mejorar la resiliencia frente a las condiciones cambiantes del agua. Las variedades tolerantes a la sequía disponibles en el mercado se enriquecen constantemente con nuevas opciones, ya que la resistencia al estrés hídrico es uno de los enfoques clave de los mejoradores hoy en día. Finalmente, la introducción de rotación de cultivos con especies que requieren menos agua puede mejorar aún más la salud del suelo y la productividad.
Reducir las emisiones a lo largo de la cadena de suministro de alimentos para frenar el derretimiento de los glaciares
La cadena de suministro de alimentos contribuye de manera significativa a las emisiones de gases de efecto invernadero, que aceleran el calentamiento global y el derretimiento de los glaciares. Reducir las emisiones en el sector agrícola puede ayudar a frenar este proceso. Algunas estrategias incluyen:
- Reducción de fertilizantes químicos: El uso excesivo de fertilizantes a base de nitrógeno genera emisiones de óxido nitroso, un potente gas de efecto invernadero. Utilizar alternativas orgánicas o técnicas de aplicación de precisión puede reducir las emisiones.
- Transporte y cadenas de suministro sostenibles: Fomentar la producción local de alimentos reduce la huella de carbono asociada con el transporte de productos a largas distancias. Apoyar los mercados regionales y reducir el desperdicio de alimentos puede reducir significativamente las emisiones. Puedes encontrar más información en el artículo “Glaciares en deshielo: Cómo la cadena de suministro agroalimentaria puede ayudar a frenar el cambio climático”.
- Adopción de energía renovable: Los agricultores pueden cambiar a energía solar o eólica para el riego y el procesamiento, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles.
Conclusion:
El derretimiento de los glaciares representa una grave amenaza para la seguridad alimentaria global, alterando la disponibilidad de agua y aumentando la salinidad del suelo. Los agricultores deben adaptarse implementando técnicas de conservación del agua, diversificando cultivos y adoptando prácticas sostenibles de uso de la tierra. Al mismo tiempo, reducir las emisiones agrícolas puede ayudar a frenar la pérdida de glaciares y proteger los recursos hídricos futuros. Al tomar estas medidas, podemos construir un sistema agrícola más resiliente que garantice la seguridad alimentaria a pesar de los desafíos del cambio climático.
Lecturas adicionales y referencias:
- Wikifarmer’s article on Soil Salinization and How Farmers Can Overcome It.
- International Centre for Integrated Mountain Development (ICIMOD)
- https://www.wur.nl/en/newsarticle/melting-glaciers-are-going-to-affect-food-security.htm
- https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2589004224000518
- https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2667064X23001860
- https://www.qld.gov.au/environment/land/management/soil/degradation/salinity/identified