Requisitos de Clima y Suelo del Naranjo

El clima es el parámetro más importante para seleccionar la ubicación de un campo de naranjas. El clima determina principalmente el éxito de los naranjos y la calidad de los cítricos, mientras que el suelo y el agua determinan en términos generales la productividad de los naranjos. El frío es el enemigo más importante de un naranjo. En Estados Unidos, los naranjos se cultivan comercialmente en los estados del sur (California, Texas, Arizona, Florida). Las temperaturas inferiores a 32°F (0°C) son peligrosas para el naranjo, especialmente cuando se mantienen durante largos períodos. Las altas temperaturas también pueden resultar críticas para la productividad de los árboles. Los vientos fríos y de alta velocidad también pueden causar daños a los árboles, la reducción de la vegetación, la pérdida de frutos y el deterioro de su calidad.

Los naranjos prefieren suelos de textura ligera a media, con buen drenaje y sin agua estancada. Las naranjas no crecen bien en el suelo donde había antes de otro campo de cítricos. Esto se atribuye a la acumulación en el suelo, con el tiempo, de algunas sustancias tóxicas y/o la presencia de algunos patógenos particulares (a menudo Thielaviopsis basicola y Tylenchulus semipenetrans). Un lugar adecuado para formar el campo de naranjas es normalmente una posición cuesta abajo, lo que resulta en una superficie plana, donde las corrientes frías pueden escapar libremente. La erosión del suelo en tal ubicación se evita principalmente mediante la instalación de áreas de pasto retenido en un nivel bajo entre las hileras de árboles que plantan. En suelos con alta inclinación, es mejor crear terrazas. Se logra una producción satisfactoria en suelos con pH 5,5 (levemente ácido) a pH 6,5, pero el árbol puede tolerar un pH de 4,5 a 8. La naranja es un cultivo sensible a las sales. Por lo tanto, si el agua contiene una gran cantidad de sales, el crecimiento y la productividad de los árboles pueden ser limitados.