Los cultivos de cobertura son especies de plantas que un agricultor cultiva en un terreno para mejorar y proteger la salud del suelo y obtener beneficios para el suelo y/o los cultivos y/o utilizarlos como forraje para el ganado. En agricultura, los cultivos de cobertura se pueden utilizar en cualquier plan de rotación de cultivos utilizando las especies adecuadas, el momento de la siembra y el método de terminación (gestión de residuos de cultivos). Se pueden intercalar entre las hileras de plantas (de cualquier cultivo) o plantarse después de un cultivo comercial como el maíz o los cereales de grano pequeño. Los cultivos de cobertura más habituales son: las alubias, la alfalfa, el centeno, el rábano, el nabo, la colza, la avena, la cebada, el sorgo, la soja, el trébol, etc. Cada especie de cultivo aporta diferentes beneficios por lo que lo mejor es que el agricultor combine los cultivos de cobertura teniendo en cuenta factores como el entorno, el tipo de suelo, la otra variedad que se cultiva en la misma parcela, las posibles plagas y enfermedades, los problemas de malas hierbas, etc.
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