Las mujeres rurales juegan un papel significativo en el secuestro de carbono en el suelo a través de la producción de biomasa y el cuidado de cultivos perennes. Las mujeres también son cruciales a la hora de fomentar prácticas agronómicas sostenibles que pueden ayudar a secuestrar carbono.
¿Cómo contribuyen las mujeres rurales al secuestro de carbono en el suelo?
Según un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, los proyectos dirigidos por mujeres son más eficaces en la captura de carbono que los que no están dirigidos por ellas. Según el estudio, las mujeres son más propensas a utilizar prácticas de gestión de la tierra sostenibles y a participar en proyectos comunitarios.
En lugar de poner en marcha proyectos e iniciativas completamente nuevos (caros y que aún no se han probado) de cultivo de carbono, una estrategia más eficaz es brindar más apoyo a los miles de agricultoras y organizaciones que ya se dedican a los cultivos perennes, los cultivos de biomasa, así como sistemas de cultivo y otras prácticas de secuestro de carbono.
Las mujeres suelen ser responsables de la gestión de la tierra y de los recursos naturales en las zonas rurales. Si se las empodera, lo más probable es que lo inviertan en prácticas de gestión de la tierra sostenibles como la agrosilvicultura, que puede ayudar a secuestrar carbono en el suelo. Las mujeres rurales también son más propensas a utilizar prácticas de agricultura ecológica, que también puede ayudar a secuestrar el carbono en el suelo. Las mujeres se encargan de recoger la leña y otros tipos de biomasa. Si tienen acceso a la energía solar, es menos probable que talen los bosques para obtener leña, lo que puede ayudar a proteger los suelos ricos en carbono.
También es más probable que las mujeres participen en proyectos comunitarios que fomenten prácticas de gestión de la tierra sostenibles. Estos proyectos aumentan la concienciación sobre la importancia de la captura de carbono y proporcionan a las mujeres los recursos que necesitan para aplicar estas prácticas.
Practicar la agrosilvicultura
La agrosilvicultura es un sistema de agricultura que integra árboles con cultivos y ganado. Puede ayudar a secuestrar carbono aumentando la cantidad de biomasa en la tierra y proporcionando sombra, lo que ayuda a reducir la evaporación. Las mujeres participan en proyectos agroforestales en los países en desarrollo.
Plantar cultivos perennes
Los cultivos perennes son aquellas especies de plantas de cultivo que viven tres años o más. Todas las plantas perennes secuestran carbono. Al combinar cultivos perennes con prácticas de siembra directa y una cosecha no destructiva, obtenemos plantas que producen durante muchos años y retienen el carbono. Los cultivos perennes reducen la necesidad de combustible, fertilizantes y pesticidas. Los sistemas de cultivo de carbono incluyen herramientas esenciales para reducir las emisiones de combustibles fósiles de la agricultura. Las plantas perennes que se cosechan de forma no destructiva pueden proporcionar paja, zarzos, materiales para aislamiento, tejas, cañas y cañerías de bambú, vigas de madera y otros materiales.
Cultivos de biomasa
Hoy en día, el material ecológico (o ecomaterial) número uno del mundo es la celulosa de pasta de madera. A diferencia de la mayoría de las categorías de cultivos industriales, los productos sintéticos derivados del petróleo nunca han amenazado ni sustituido a la biomasa. El papel y el cartón son los productos de biomasa más importantes en la actualidad. Los materiales de construcción naturales suponen un uso importante (y antiguo) de la biomasa. Los edificios pueden suponer un almacenamiento a largo plazo para el carbono dentro de estos productos de biomasa.
Prácticas de riego sostenibles
El riego por goteo y captar agua de lluvia pueden ayudar a reducir el consumo de agua y la evaporación, con el consiguiente aumento de la captura de carbono en el suelo. Las mujeres suelen ser las responsables del riego en los países en desarrollo.
Adoptar prácticas de agricultura climáticamente inteligente
Las prácticas de agricultura climáticamente inteligente son aquellas que ayudan a adaptarse a los efectos del cambio climático al tiempo que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. Las mujeres suelen estar a la vanguardia la hora de adoptar este tipo de prácticas, ya que son las más perjudicadas por el cambio climático.
Además de las prácticas mencionadas, las mujeres también pueden ayudar a la captura de carbono en el suelo abogando por políticas que apoyen la agricultura sostenible. Pueden formar a otros agricultores y miembros de sus comunidades en la importancia del secuestro de carbono y cómo conseguirlo. Las mujeres pueden contribuir a mitigar el cambio climático y construir un futuro más sostenible.
Foto de portada: Soma Saha