Empezar a dirigir una explotación agrícola puede resultar abrumador, especialmente para las mujeres rurales que carecen de ayudas y recursos. La incertidumbre ante el éxito y la falta de formación y financiación impiden a muchas mujeres rurales poner en marcha sus propias empresas agrarias. Para las mujeres es difícil cambiar estas circunstancias cuando carecen de poder político y de toma de decisiones. A medida que aumenta el cambio climático, la necesidad de autonomía y seguridad alimentaria de las mujeres se hace cada vez más urgente.
En Sustainable Harvest International (SHI), comprendemos las dificultades a las que se enfrentan las agricultoras rurales. Trabajamos con mujeres de todas las edades en América Central que se esfuerzan por superar los obstáculos sociales y culturales para mantener a sus familias y mejorar sus comunidades.
La agricultora Valentina Rodríguez, colaboradora de SHI en Panamá, cuida de su cultivo de piña y prepara los plantones para la reforestación.
Las agricultoras que trabajan con SHI participan en cursos de formación durante las cinco etapas de nuestro programa de agricultura sostenible. Toman decisiones sobre la evolución y el futuro de la finca, incluida la selección de cultivos. Muchas de las mujeres con las que trabajamos son amas de casa. Saben qué alimentos cultivar porque cocinan los alimentos. La confianza en sus conocimientos y el compromiso de cuidar a sus familias en un entorno sano impulsan su pasión por la agricultura.
La agricultura Rosa Argueta, colaboradora de SHI en Honduras, muestra los productos que elabora con achiote delante de su árbol de achiote.
Los problemas a los que se enfrentan las mujeres en la agricultura
Desafortunadamente, la expectativa de que las mujeres deben dedicarse a las tareas domésticas crea numerosas barreras para que las agricultoras creen y dirijan sus propias empresas (y compitan con los hombres del sector). Los recursos, la formación agrícola y las oportunidades de mercado suelen favorecer a los hombres y están fuera del alcance o incluso prohibidos para las mujeres.
Obtener financiación se convierte en todo un reto debido a las costumbres culturales que desfavorecen la autoridad de la mujer. La desigualdad en el acceso a la tierra representa un obstáculo importante que limita la propiedad de las mujeres rurales. Y sin tierra, las mujeres no pueden hacer sus sueños realidad.
Aún así, estas barreras no impiden que muchas mujeres rurales tengan éxito en la agricultura sostenible.
La agricultora Rómula Cantun, colaboradora de SHI en Belice, orgullosa delante de su parcela agroforestal.
Superar la desigualdad de género
En Centroamérica, las agricultoras que colaboran con SHI rotan los cultivos en función de la estación, permitiendo así que el suelo se recupere. Algunas de ellas amplían sus parcelas hacia el final del programa, demostrando su increíble capacidad para gestionar una finca y una pequeña agroindustria familiar.
Isabel Montoya, una de las agricultoras con la que colaboramos en SHI Honduras, cultiva en bancales y traza curvas de nivel, que ayudan a prevenir la erosión del suelo. Las agricultoras de SHI ya implantan con facilidad prácticas sostenibles. Su afán por mejorar tanto su salud como la de su comunidad las incentiva a aprender rápidamente.
Diseñar una finca dirigida por mujeres
Los agricultores que colaboran con Sustainable Harvest International aprenden a cultivar parcelas agroforestales y a cultivar huertos ecológicos. Las agricultoras aprenden a cultivar diversos productos en su huerto doméstico o en una pequeña parcela de tierra, manteniendo la biodiversidad. Cultivar sus propios alimentos les permite alcanzar la seguridad y la soberanía alimentarias. Las familias disfrutan de las cosechas durante todo el año gracias a la rotación de cultivos, que también mantiene la fertilidad del suelo. A lo largo del programa, las mujeres aprenden a preparar y aplicar fertilizantes orgánicos, eliminando la necesidad de productos químicos perjudiciales que empeoran la calidad del suelo.
En los bosques tropicales donde opera SHI, los cultivos incluyen:
- Café
- Plátano
- Piña
- Cítricos
- Árboles madereros, como la caoba en Belice
Muchas agricultoras que participan en el programa de SHI se sienten orgullosas de cuidar sus tierras. Comparten generosamente sus cosechas con sus comunidades, asegurándose de que sus vecinos estén alimentados y bien alimentados. Las agricultoras desempeñan un papel clave en el avance de la agricultura sostenible y seguirán haciéndolo en las próximas décadas. Las organizaciones, los gobiernos y las instituciones pueden ayudar a las agricultoras a tener un impacto aún mayor apoyándolas y reduciendo las barreras a las que se enfrentan.
Para saber más
Fomentar la igualdad de género en el sector de la acuicultura
Referencias
- https://www.nationalgeographic.com/culture/article/partner-content-empowering-female-farmers
- https://www.sustainableharvest.org/