Los sistemas alimentarios que alimentan a los países del “Norte” dependen de la agricultura industrial, la ganadería intensiva y el monocultivo, y su alcance mundial es cada vez mayor. Estos métodos por sí mismos no serán capaces de paliar el hambre y la inseguridad alimentaria. Las dietas de los países de renta alta están compuestas principalmente por la carne, los lácteos y los alimentos procesados, mientras que las personas empobrecidas experimentan desigualdades en el acceso a los alimentos.
Los consumidores también están preocupados por los costes de la agricultura industrial en la salud, el medioambiente y el bienestar animal. Para garantizar que la creciente población mundial tenga acceso a suficientes proteínas saludables para desarrollarse, la industria tendrá que maximizar todas las fuentes de proteínas para alimentar a la población y hacer que la cadena de producción alimentaria sea más resistente. Las proteínas alternativas son otra solución emergente más allá de (y no en lugar de) la ganadería tradicional.
Si bien las proteínas alternativas son una solución emergente para el futuro de la alimentación, no pretenden sustituir por completo a la ganadería tradicional. Más bien son una opción añadida que puede complementar el suministro de proteínas y ofrecer a los consumidores opciones más sostenibles.
La ganadería tradicional ha sido durante mucho tiempo la principal fuente de proteínas para el consumo humano, pero en los últimos años se ha visto sometida a debate debido a la preocupación por la sostenibilidad medioambiental, el bienestar animal y la salud. Las proteínas alternativas, como las de origen vegetal, las de insectos y las cultivadas con células, ofrecen una solución prometedora a estos problemas.
La carne cultivada es una solución que permite obtener fuentes de proteínas nutritivas de origen animal sin las desventajas de la ganadería convencional para el bienestar animal y el medioambiente.
Es poco probable que la producción animal tradicional pueda satisfacer por sí sola la creciente demanda de carne y proteínas esenciales de la población. El avance tecnológico de la carne cultivada con células (y en general de la agricultura celular) ha crecido en los últimos diez años porque los expertos han confirmado que la carne cultivada con células puede generar productos que sustituyan a la carne con un sabor, aroma y valor nutritivo similares a los de ésta.
La carne de cultivo celular, también conocida como carne de laboratorio o carne limpia, es una forma de carne que los expertos producen mediante agricultura celular. Esta tecnología consiste en cultivar células animales en un laboratorio (al menos por ahora) para crear carne sin necesidad de criar animales.
La carne cultivada con células puede revolucionar la forma de producir y consumir carne. Está considerada una alternativa más sostenible y ética a la producción tradicional de carne, ya que requiere menos tierra, agua y otros recursos para criar a los animales. Además, acaba con muchos problemas de bienestar animal vinculados a la cría industrial.
Hacer llegar a nuestros platos deliciosas proteínas cultivadas es relativamente sencillo. Todos los productos cárnicos se componen de músculo y tejido adiposo (grasa), y esos tejidos son bloques de células agrupadas. Por lo tanto, el primer paso para producir carne cultivada es obtener una muestra de células del animal que le interesa degustar.
Pero aunque la idea de llevar a nuestros platos deliciosas proteínas cultivadas puede parecer sencilla en teoría, en la práctica, el proceso real para producir carne de laboratorio u otras proteínas alternativas se encuentra aún en las primeras fases de desarrollo y requiere conocimientos técnicos y recursos significativos. De acuerdo con las noticias más recientes, son pocas las empresas que están preparadas para producir aunque solo sea unos pocos kilos de carne cultivada. Hasta ahora, tan sólo una de ellas cuenta con la autorización para vender carne cultivada con células en Singapur.
Cultivar carne u otras proteínas es un proceso complejo que requiere la combinación adecuada de nutrientes, factores de crecimiento y condiciones ambientales para fomentar la multiplicación celular y crear un producto seguro y apetecible para el consumo humano. Conseguir la textura, el sabor y el perfil nutricional adecuados puede ser todo un reto y requiere investigación y desarrollo continuos.
Además, el coste de producir carne cultivada sigue siendo relativamente alto en comparación con el de la carne tradicional. Es de esperar que los costes de producción disminuyan a medida que avance la tecnología y se vaya desarrollando el proceso, pero probablemente pasará algún tiempo antes de que la carne de laboratorio esté completamente al alcance y sea asequible para los consumidores
La producción de carne de cultivo comienza al extraer células de un animal vivo. Estas células se depositarán en un medio de cultivo, que proporcionará los nutrientes y factores de crecimiento necesarios para promover la multiplicación celular. Una vez que las células hayan crecido y se hayan multiplicado, al cabo de unas semanas, se podrán recolectar y transformar en carne.
La carne cultivada con células puede conllevar posibles ventajas. Por un lado, podría reducir el impacto ambiental de la producción tradicional de carne. La carne de laboratorio podría reducir significativamente la tierra, el agua y la energía necesarias para producir carne. Además, podría reducir muchas emisiones contaminantes y de gases de efecto invernadero que produce la ganadería industrial.
Otra ventaja que podría ofrecer la carne cultivada con células es mejorar la seguridad alimentaria y proporcionar un suministro de alimentos más estable. Con una población mundial en crecimiento y una demanda de carne cada vez mayor, la producción tradicional de carne puede necesitar ayuda para mantener el ritmo. La carne de laboratorio podría ser una forma más sostenible de satisfacer esta demanda y garantizar que todos los seres humanos tengan acceso a las proteínas que necesitan.
La carne cultivada con células está aún en las primeras fases de desarrollo y los expertos deben superar muchos obstáculos técnicos y legislativos antes de que pueda estar completamente al alcance de los consumidores. No obstante, con la investigación y el desarrollo actuales, la carne de laboratorio podría llegar a convertirse en una alternativa viable a la carne tradicional. Aunque antes de que esto sea así, existen algunos obstáculos técnicos y legislativos que superar.
Uno de los principales problemas técnicos es desarrollar el medio de crecimiento adecuado para promover la proliferación celular y crear una textura y un sabor que imiten a la carne tradicional. Además, el coste de producción sigue siendo alto y se debe aumentar el proceso para poder satisfacer la demanda.
Asimismo, existen una serie de dificultades normativas a las que es preciso hacer frente, como los problemas de seguridad y los requisitos de etiquetado. La carne de laboratorio debe cumplir las mismas normas de seguridad que la carne tradicional y contar con la aprobación de los organismos reguladores como la EFSA, la FDA y el USDA. Además, los consumidores deberán poder distinguir la carne cultivada de la carne tradicional por un etiquetado claro y preciso.
A pesar de estos problemas, la investigación y el desarrollo que se está llevando a cabo en el campo de la carne cultivada con células, ofrecen esperanzas para el futuro. A medida que avanza la tecnología y disminuyen los costes de producción, la carne de laboratorio cuenta con el potencial para convertirse en una alternativa más accesible y sostenible a la carne tradicional.
En conclusión, la carne de laboratorio cuenta con algunas ventajas de peso. Podría ser una solución más sostenible y ética a la crisis mundial de la carne que la ganadería tradicional. No obstante, antes de que este concepto revolucionario pueda despegar, se deben resolver algunos problemas clave. El tiempo dirá si la carne cultivada merece la pena. Con todo, los avances que se están produciendo parecen prometedores.
Para saber más:
Agricultura celular y carne cultivada