Puede no resultar evidente a primera vista pero ¿se ha planteado alguna vez que las proteínas vegetales que incluimos en nuestra dieta diaria desempeñan un papel crucial para construir un planeta sostenible y sano?
Las decisiones que tomamos cada día respecto a lo que comemos repercuten más allá de su salud personal. Las proteínas vegetales, presentes en alimentos como las legumbres, los frutos secos y los cereales, contribuyen de manera silenciosa al bienestar social, sostenible y medioambiental.
Mejorar la salud con las proteínas de las legumbres
Las legumbres como los garbanzos, las lentejas, los guisantes y los altramuces aportan una serie de beneficios para la salud adecuadas para todos.
Incorporar los garbanzos a una dieta equilibrada es una buena decisión ya que constituyen una excelente fuente de proteínas vegetales que cuenta con los nueve aminoácidos esenciales. Son ricos en fibra dietética lo que favorece la salud digestiva y proporciona sensación de saciedad. Además son bajos en grasas saturadas y colesterol, lo que los convierte en una opción saludable para la salud cardiovascular. Asimismo, contienen una gran variedad de vitaminas y minerales, como hierro, magnesio, fósforo y vitaminas del grupo B, como el folato.
Las lentejas son una fuente de proteínas de origen vegetal que contienen aminoácidos esenciales para el crecimiento y la reparación muscular. Ricas en fibra dietética, favorecen una buena digestión y ayudan a controlar el peso. Repletas de vitaminas como el ácido fólico, la vitamina B6 y la vitamina C, las lentejas contribuyen a una función celular óptima y al sistema inmunitario.
La proteína de guisante es cada vez más reconocida internacionalmente por su impresionante perfil nutricional que aporta todos los aminoácidos esenciales. Es una fuente excelente de fibra dietética, proteínas vegetales, vitaminas (C, K y del grupo B) y minerales (hierro, magnesio y potasio). Ricos en antioxidantes como los flavonoides y los carotenoides, los guisantes desempeñan protegen contra los radicales libres y reduciendo el riesgo de padecer enfermedades crónicas como las cardiopatías, ciertos tipos de cáncer y las afecciones relacionadas con la inflamación.
Los altramuces constituyen una fuente alternativa y equilibrada de proteínas. Ricos en aminoácidos esenciales, cuenta con un alto contenido en proteínas, vitamina E, fibras, minerales (potasio, magnesio, hierro) y antioxidantes. El altramuz es un excelente sustituto de la carne y los lácteos. Fundamental para el crecimiento muscular, la producción de hormonas y la síntesis de enzimas, el altramuz no contiene gluten, es bajo en almidón y fácil de digerir, por lo que es adecuado para celiacos o aquellos que padecen intolerancia al gluten.
El encanto ecológico de las legumbres
Las proteínas vegetales se están convirtiendo en las protagonistas de la revolución de la producción de alimentos para conseguir un futuro sostenible y circular, afrontando los retos de alimentar a una población en constante crecimiento y reduciendo a la vez el impacto medioambiental. Las habas, los guisantes, los garbanzos, las lentejas, la soja y los altramuces, famosos por su contenido nutricional y su adaptabilidad, se ajustan perfectamente a los principios de la economía circular. Proporcionan una fuente de nutrición renovable y regenerativa, que exige menos recursos en comparación con las proteínas tradicionales de origen animal.
Sustainable Practices in Action
Las habas, debido a su habilidad de fijar el nitrógeno, mejoran la fertilidad del suelo y reducen la necesidad de fertilizantes sintéticos. Los guisantes contribuyen a la biodiversidad agrícola y a la agricultura resiliente al clima, lo que rompe el ciclo de las enfermedades y plagas. Los garbanzos son un ejemplo de eficiencia hídríca y resistencia al clima mientras que las lentejas contribuyen a las prácticas agrícolas de bajo impacto y a la captura de carbono. La versatilidad de la soja promueve la eficiencia agrícola y los altramuces refuerzan la biodiversidad mediante la fijación del nitrógeno. Esta conexión subraya el potencial de las proteínas vegetales para remodelar el futuro de la producción de alimentos al adoptar prácticas agrícolas circulares y minimizar el impacto ambiental, contribuyendo a un planeta más sano para las generaciones futuras. Cultivar estas proteínas vegetales se ajusta a las prácticas de la agricultura circular, haciendo hincapié en enfoques sostenibles y regenerativos que benefician a la salud del suelo y al medioambiente.
Minimizar el desperdicio de alimentos
¿Sabía que, según Earth.Org, ¿Sabía que, según Earth.Org, un tercio de todos los alimentos producidos acaba desperdiciándose? Con esta cantidad se podría alimentar hasta a 3.000 millones de personas. Tal y como se subraya en el informe GEO-6 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, es urgente combatir el desperdicio de alimentos y remodelar el sistema alimentario y proteger el bienestar del planeta. Participar para intentar frenar el desperdicio de alimentos no es sólo una cuestión medioambiental, sino también un paso crucial para asegurar un futuro sostenible y equitativo. Las proteínas vegetales pueden marcar la diferencia.
Una vida útil más larga
La versatilidad y la vida útil de las proteínas vegetales son factores cruciales para hacer frente al desperdicio de alimentos. Las fuentes de proteínas vegetales, como las legumbres, suelen tener una vida útil más larga que los productos animales perecederos, lo que reduce las probabilidades de que no se consuman antes de la fecha de caducidad. Además, algunas proteínas vegetales, con propiedades antimicrobianas inherentes, inhiben el deterioro y los microorganismos patógenos, prolongando aún más la vida útil del producto. Incluir proteínas vegetales en las formulaciones puede hacer más fácil que se incorporen técnicas de envasado y conservación alternativas, fomentando una vida útil más larga a través de interacciones con materiales o permitiendo el envasado en atmósfera modificada.
Ejemplo: lentejas y judías/alubias secas
Si se almacenan bajo las condiciones adecuadas en recipientes herméticos, las alubias y lentejas secas pueden durar indefinidamente, manteniendo su contenido en proteínas y minerales a lo largo del tiempo.
Reducir el desperdicio en la cosecha y el procesamiento
A diferencia de la ganadería, cultivar proteínas vegetales suele conllevar menos pérdidas durante la cosecha y el procesamiento. Es posible cosechar de forma más eficiente las plantas mientras que existen métodos de procesamiento para reducir las pérdidas en toda la cadena de producción. Una mayor eficiencia ayuda a reducir los residuos en las fases iniciales de la producción de alimentos y fomenta un sistema más sostenible y eficiente en cuanto al uso de los recursos.
La contribución del proyecto VALPRO Path a la sostenibilidad
El proyecto VALPRO Path se dedica a promover la sostenibilidad en el ámbito de las proteínas vegetales, haciendo hincapié en los beneficios medioambientales, sociales, sanitarios y económicos, modificando la actitud de los consumidores y pone de relieve los peligros del desperdicio de alimentos. El proyecto se centra en:
Producción sostenible: A través de laboratorios vivientes (Sistemas de Producción Innovadora) en diversas zonas edafoclimáticas, VALPRO Path innova los sistemas de producción de proteaginosas vegetales, garantizando un crecimiento sostenible y reduciendo los impactos medioambientales negativos como el exceso de agua, pesticidas y fertilizantes.
Diversificar las fuentes de proteínas: VALPRO Path se centra en las proteaginosas con más proteínas como los guisantes, los altramuces, los garbanzos, las habas y las lentejas y fomenta diversificar los cultivos para aliviar la carga medioambiental del monocultivo. Este enfoque mejora la salud del suelo, reduce la presión por plagas y enfermedades y refuerza la resistencia al cambio climático.
Seleccionar las variedades para obtener la mejor nutrición: VALPRO Path se centra en las variedades vegetales con mayor valor nutricional en cuanto a contenido de proteínas y calidad, optimiza los perfiles nutricionales para fomentar las proteínas vegetales como alternativa respetuosa con el medio ambiente a las proteínas de origen animal.
Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero: VALPRO Path fomenta la producción de proteínas de origen vegetal por su menor huella de carbono en comparación con la producción de proteínas de origen animal. Al fomentar el cultivo de proteaginosas en toda Europa, el proyecto contribuye indirectamente a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la ganadería.