Las malas hierbas son uno de los factores más importantes que contribuyen a las pérdidas de rendimiento en el cultivo del pepino. La razón es que tanto las malas hierbas como las plantas de cultivo tienen unas demandas similares de dióxido de carbono, nitrógeno, agua, minerales y luz (Daramola et al., 2021). La existencia de malas hierbas en el campo puede dificultar el cultivo del pepino. En particular, la reducción del rendimiento debida a las malas hierbas en el cultivo del pepino oscila entre el 45-95%, dependiendo de las condiciones climáticas (McGowen et al., 2018). Para evitar que haya una disminución de rendimiento a causa de las malas hierbas es necesario tomar una serie de medidas tanto preventivas como de control.
Las malas hierbas más destacadas en el cultivo del pepino incluyen especies que pertenecen a las familias Amaranthaceae, Asteraceae, Euphorbiaceae, Convolvulaceae, Portulacaceae, Solanaceae, Poaceae y Cyperaceae (Tepe, 2014):
Es muy importante controlar las malas hierbas, especialmente durante las primeras etapas de crecimiento de las plantas de pepino, cuando las plántulas son aún pequeñas. Se ha descubierto que la mayor parte de la injerencia de las malas hierbas en el cultivo del pepino es consecuencia del retraso en el deshierbe durante la etapa de crecimiento temprano de la planta (Trader et al., 2007).
Algunas técnicas de cultivo, como la excavación y/o el deshierbe, pueden desempeñar un papel importante en la gestión de las malas hierbas (2). Sin embargo, eliminar las malas hierbas manualmente requiere mucho tiempo, lo que implica también una gran demanda de mano de obra (Daramola, 2020). Cuando el campo se riega o cuando llueve mucho, el desherbado manual puede provocar que las malas hierbas vuelvan a enraizar y a resurgir (Berry et al., 2006).
Cuando los agricultores realizan varias operaciones de cultivo en el campo, deben recordar que la profundidad de las excavaciones tiene que ser tal que mate las malas hierbas de forma eficaz (ni demasiado superficial ni demasiado profunda). En otras palabras, una excavación muy profunda probablemente dañará las raíces del cultivo y, al mismo tiempo, sacará más malas hierbas a la superficie, lo cual es perjudicial. En caso de que el crecimiento del cultivo sea rápido y las temperaturas oscilen entre los 26-32 °C (80-90 °F), los agricultores pueden aplicar un acolchado orgánico (como paja verde) para controlar las malas hierbas. Esta técnica no sólo será eficaz para controlar las malas hierbas sino también para reducir la pérdida de agua por evaporación. En otras palabras, el acolchado también ayuda a enfriar la superficie del suelo. Otro dato importante que hay que recordar es que algunos materiales utilizados para el acolchado pueden competir directamente con el cultivo por el nitrógeno, lo que no es conveniente para nuestro cultivo. En consecuencia, se recomienda evitar el uso de materiales de acolchado con una elevada relación de carbono-nitrógeno, como la corteza, las astillas de madera o los productos de madera triturada (1).
Desafortunadamente, no hay muchos herbicidas en el mercado adecuados para el control de malas hierbas en los cultivos de pepino. Los disponibles no proporcionan un control de las malas hierbas prolongado cuando se utilizan solos, ni pueden controlar todo el espectro de malas hierbas (malas hierbas con fisiología, morfología y época de aparición diversas) (Daramola, 2020). En todos los casos, los agricultores tienen que leer detenidamente la etiqueta del producto y seguir las instrucciones. En la mayoría de los casos, los herbicidas deben aplicarse dos semanas antes del trasplante. En combinación con lo anterior, muchos agricultores utilizan plástico negro para cubrir el suelo y reducir el crecimiento de las malas hierbas (2).
Para una mejor gestión de las malas hierbas y evitar pérdidas de rendimiento en los cultivos, se recomienda una gestión integrada de las malas hierbas o lo que es lo mismo que el agricultor lleve a cabo una serie de medidas de prevención y control combinadas, como un arado adecuado, el uso de variedades competitivas, distancias de plantación adecuadas y herbicidas de preemergencia y postemergencia. Las nuevas tecnologías agrícolas de hoy en día nos permiten utilizar herramientas de gestión precisas de las malas hierbas, como la teledetección, la modelización y el uso de la robótica para controlarlas (Daramola, 2020). La combinación de todo lo anterior no sólo proporciona un control eficaz de las malas hierbas, sino que también ayuda a la conservación del medio ambiente, lo que ahora es más importante que nunca.
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Referencias
- Berry, A. D, Stall, W. M., Rathinasabapathi, B., Macdonald, G. E., Charudattan, R. (2006) Smooth pigweed (Amaranthus hybridus L.) and livid amaranth (Amaranthus lividus) interference with cucumber (Cucumis sativus). Weed Technology. 20:227-231
- Daramola, O. S. (2020), Cucumber Economic Values and Its Cultivation and Breeding, DOI: 10.5772/intechopen.99564
- Daramola, O. S, Adigun, J. A, Adeyemi, O. R. (2021) Efficacy and economics of integrated weed management in Chilli pepper. Journal of Crop Improvement. 35(1): 38-50
- McGowen, S. J., Jennings, K. M., Chaudhari, S., Monks, D. W., Schultheis, J. R., Reberg-Horton, C. (2018) Critical Period for Palmer Amaranth (Amaranthus palmeri) Control in Pickling Cucumber. Weed Technology. 32:586-591. DOI: 10.1017/wet.2018.58
- Tepe, I. (2014) Yabancı otlarla mücadele. SİDAS Medya ltd. Şti. VAN
- Trader, B. W., Wilson, H. P., Hines, T. E. (2007) Halosulfuron helps control several broadleaf weeds in cucumber and pumpkin. Weed Technology. 21:966– 971
