El mercado del aceite de oliva no deja de crecer y se espera que alcance un valor de 17.600 millones de euros en 2030. El aceite de oliva virgen extra (AOVE) representa un segmento importante de este sector, bien consolidado reconocido por sus beneficios para la salud e impacto positivo en la vida de las personas.
Además, podemos clasificarlo en dos importantes subcategorías:
- DOP (productos con Denominación de Origen Protegida)
- IGP (productos de Indicación Geográfica Protegida)
Los sellos de calidad DOP/IGP no son simplemente un producto más de AOVE, están profundamente ligados a nuestro patrimonio, cultura y sociedades locales. Según un estudio de la Comisión Europea llevado a cabo en 2020, los AOVE con DOP/IGP alcanzan los 277 millones de euros al año y, en la actualidad, se calcula que en la UE existen 133 AOVE de 7 países.
El AOVE es la piedra angular de la cocina mediterránea y está considerado como la principal fuente de ingresos económicos (de gran valor) para las poblaciones de estas regiones. Los beneficios de este producto para la salud humana hacen que su protección y valorización sea obligatoria, algo que se hizo aún más evidente tras el caso de fraude acaecido en 2016 y en el que su reputación se vio gravemente afectada.
Sin embargo, con el cambio climático (sequías, incendios forestales, escasez de biodiversidad), las regiones que en el pasado eran idóneas para el cultivo del olivo se están convirtiendo en zonas difíciles y más exigentes en cuanto a insumos. La trazabilidad basada en el ADN es una solución sólida que garantiza la integridad y pureza de un AOVE. Es decir, que ayuda realmente a los productores a transmitir a sus clientes la verdadera historia de su producto (por ejemplo, AOVE DOP/IGP). Esta solución se apoya en tecnologías de vanguardia que tienen que ver con la identidad genética única de los huertos.
El ADN, junto con la recopilación de datos, puede contribuir de forma activa y práctica a la conservación y descripción de estos importantes huertos. Una vez desentrañados sus secretos genéticos, estamos un paso más cerca de lograr una planificación y optimización satisfactorias de los cultivos futuros. Además, resulta más fácil combatir y mitigar las amenazas abióticas (p.ej., medioambientales) y bióticas (como la Xyllela).
BioCoS concibe un futuro en el que la autenticidad y la trazabilidad del ADN puedan tener un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente, apoyando a los productores locales a valorizar sus productos y aumentar el valor de sus variedades mientras salvaguardan la agrobiodiversidad. La trazabilidad del ADN del aceite de oliva es el primer pilar sobre el que puede asentarse una producción sostenible verdadera y significativa sin dejar de cumplir nuestra obligación moral de preservar la biodiversidad.
Un AOVE con trazabilidad de ADN constituye un sólido activo de marketing directo y de marca de la empresa a sus clientes. La trazabilidad del ADN conecta tres elementos fundamentales para que una marca tenga éxito: transparencia, confianza y diferenciación. Estos tres componentes representan el sagrado grial para alcanzar un perfil y protocolo sostenibles. Pero desglosémoslo. La transparencia del ADN verifica la autenticidad y la integridad de un AOVE. Esta es una solución que podemos aplicar a lo largo de toda la cadena de suministro del producto, lo que se traduce que la etiqueta de dicho AOVE será transparente para los consumidores, que pueden estar seguros de que están pagando aquello por lo que han pagado. Además, la empresa puede protegerse de posibles acciones fraudulentas o de que se puedan introducir en su cadena de suministro lotes de calidad inferior de forma involuntaria. Así pues, no solo se reduce el riesgo, sino que aumenta la integridad, lo que se traduce en pérdidas mínimas.
Confianza del consumidor
La confianza del consumidor representa la firme creencia en la fiabilidad, veracidad o capacidad de alguien en quien se deposita la confianza.
No obstante, ganarse la confianza del consumidor es uno de los componentes más importantes, y a la vez frágiles, del éxito de una marca. Aunque se caracterizan por una actitud apasionada respecto a la transparencia alimentaria y la autenticidad del producto, los consumidores del sector del aceite de oliva tienden a decantarse por una mayor concienciación. Un estudio reveló que basta una simple insinuación verbal de un posible fraude en el aceite de oliva para que los consumidores reduzcan significativamente, incluso hasta un 50%, la valoración que tienen de este producto.
Esto se aplica sobre todo a aquellos AOVE de mejor calidad. Un AOVE con trazabilidad de ADN puede reforzar el vínculo de confianza del consumidor y la compañía. Si esto viene acompañado de información adicional, los consumidores tomarán decisiones de compra más conscientes.
¿Es lo suficientemente inconfundible?
La solución de la trazabilidad basada en el ADN ayuda a las empresas oleícolas a distinguirse de sus competidores. En un mercado tan competitivo como el actual, ser inconfundible requiere ser único y una innovación significativa. Por lo tanto, una empresa que dota de identidad a su producto final mediante el ADN ya ha recorrido la mitad del camino. Esto es algo que puede resultar especialmente atractivo a los consumidores, cuyos impulsos de compra dependen de la sostenibilidad del producto y de su responsabilidad social en cuestiones medioambientales.
Mejorar la trazabilidad del aceite de oliva
La empresa está comprometida con su solución y pretende impulsar la sostenibilidad en el sector del aceite de oliva. Ofrece una forma innovadora y holística de preservar las buenas prácticas de cultivo mientras que apoya los cultivos de olivos de la zona. Además, utiliza una tecnología innovadora para salvaguardar la integridad de la cadena de suministro del aceite de oliva aprovechando la información del ADN.
Han empleado un proceso de tres pasos que comienza en el olivar y termina en el producto final embotellado; las hojas se recogen y sirven como punto de partida, proporcionando una información genética importante. Desempeñan el papel de repositorio de datos genómicos. A continuación, se recogen muestras de aceite de oliva en diferentes etapas de la cadena de suministro (por ejemplo, en el tanque de almacenamiento o después del embotellado) y se analizan, garantizando que el perfil genético se mantiene constante a lo largo de todo el proceso de producción. Así es como ofrecemos una trazabilidad de ADN de extremo a extremo. Nos esforzamos continuamente por ampliar nuestro depósito de datos de ADN.
En la actualidad, una empresa puede identificar con éxito 37 variedades diferentes de aceitunas de distintas regiones de la cuenca mediterránea. Nuestro objetivo es enriquecer aún más este repositorio, garantizando un proceso de verificación aún más preciso y adquiriendo nuevos conocimientos genéticos que tendrán un impacto significativo y positivo en el futuro de esta industria.