Cómo crear una agroempresa de éxito
- No dedicarse a la agricultura a tiempo parcial
Muchas personas que quieren dedicarse a la agricultura no lo hacen por varias razones. Algunas personas tienen tanto miedo a emprender que sus miedos de fracasar excede su deseo de tener éxito. Otros, estupefactos por la cobertura mediática de algunas historias de éxito no contrastadas, quieren emprender sin estar dispuestos a darlo todo para triunfar.
La gran atención que los medios de comunicación prestan al futuro prometedor de la agricultura en África ha incitado a que muchas personas se planteen la posibilidad de convertirse en “agricultores” a tiempo parcial comprando unas pocas hectáreas de tierra o estableciendo pequeñas explotaciones ganaderas. Aunque puede que este enfoque tenga éxito, éste dependerá del compromiso de pasar a la agricultura a tiempo completo. Un problema habitual de este modelo es la impaciencia de estos agroempresarios, que a menudo creen que la agricultura proporciona beneficios económicos rápidos.
Durante las primeras etapas de una empresa y su funcionamiento diario es fundamental su presencia y que se involucre de forma constante. Este principio es válido no sólo para la agricultura, sino para cualquier empresa que intente poner en marcha. Su presencia y dedicación son esenciales para que la empresa prospere, especialmente durante las primeras etapas. Para tener éxito en la agricultura, un empresario nuevo debe adquirir nuevos conocimientos para comprender mejor el cultivo o los animales que gestiona, visitar con frecuencia la explotación, contar con un asesor o agrónomo y muchos otros detalles.
- Especializarse en un solo cultivo o ganado al principio
En la agricultura, una explotación diversificada es un negocio con múltiples operaciones. Puede incluir la ganadería y una rotación de cultivos diversificada.
Si quiere dedicarse a la agricultura o ya lo está haciendo, concéntrese en un solo cultivo (y no en un tipo de cultivo) durante al menos dos años; este es el tiempo que necesitará para aprender ese cultivo, conocer cuáles son los proveedores de insumos, los clientes y los distintos mercados. Si sólo cultiva maíz, quédese con el maíz. Si cultiva naranjas, quédese con las naranjas. Si cría pollos, cerdos o gallinas ponedoras, quédese con eso. Cultive lo que cultive, será casi imposible satisfacer la demanda de sus clientes después de dos o tres años de duro trabajo. Lo mismo ocurre con la ganadería.
Una vez tenga más experiencia en lo que hace, es decir, en cultivar en temporada y fuera de temporada, resolver los problemas de mano de obra, conseguir clientes estables y satisfechos, un mercado seguro y una buena producción, podrá empezar a diversificar. Si no le va bien con un terreno pequeño o con un solo cultivo, no le irá bien en finca más grande o con varios cultivos. Si puede mantener bajo control el coste de producción en una hectárea, le será más fácil gestionar el campo cuando llegue el momento de ampliarlo.
- No depender de subvenciones públicas
¡Olvídese del gobierno y póngase en marcha!
Empiece aunque sólo sea con una hectárea y vaya aumentando poco a poco su terreno. Cuanto más en serio se tome el proyecto, más le admirarán, incluso las autoridades, que querrán salir con usted en la foto. Entonces los bancos, las ONG y los departamentos gubernamentales querrán poner a su disposición algún tipo de financiación. El rey Salomón dijo en su libro de los Proverbios: Si ves a un hombre hábil en su oficio estará delante de los reyes y no al servicio de los mediocres.
- Soñar a lo grande y empezar poco a poco
Su objetivo debe ser dominar su sector y ser el líder. Pregúntese cómo será su empresa dentro de veinte o treinta años. ¿Podrá su negocio ser parte del mundo por entonces? Si su respuesta es SÍ, siga adelante. Si es NO, déjelo y no vuelva a empezar hasta que tenga una visión de futuro.
El fracaso no es inevitable: ¡prepárese siempre para levantarse y seguir con la aventura!
Cuando lance su proyecto agrícola lo más probable es que no acierte a la primera. En África, sean cuales sean los pasos que dé en la etapa inicial, es casi imposible que su negocio despegue a la primera. Todavía existen muchas variables que no podrá controlar en este entorno: la naturaleza, el mercado, la consistencia de los insumos, la infraestructura de carreteras o incluso el clima sociopolítico. Por eso deberá armarse de valor, paciencia y resistencia. Fracasar no es el final; rendirse, sí lo es.
- Llevar una contabilidad rigurosa
¡Lleve las cuentas!
En la agricultura, es fácil no tener cuentas porque se opera en un mercado informal. La tentación de no llevar un registro de las transacciones es grande. Desde la compra de semillas hasta la cosecha, todo es informal. Le aconsejo que anote todos sus gastos en un cuaderno como máximo 24 horas después de haberlos hecho para llevar una buena contabilidad.
Si no lleva una contabilidad rigurosa, correrá el riesgo de pensar que ha obtenido beneficios cuando, en realidad, no es cierto debido a que existen gastos de los que se habrá olvidado. Es muy habitual olvidar los pequeños gastos imprevistos como el medio de transporte hasta el campo, los gastos de teléfono o ayudar en un momento determinado a un empleado. Llevar una buena contabilidad también es la mejor manera de documentar los ingresos para poder analizarlos de forma oportuna y tomar las decisiones adecuadas.
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