Razones que dificultan la producción y la oferta mundial de trigo

Ganesh Saini

PG Diploma in Agri-Business Management | Agri Input Industry Professional

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Razones que dificultan la producción y la oferta mundial de trigo

¿Por qué el trigo es un tema de seguridad alimentaria mundial?

  • Cambió climático: Un aumento de 1°C en la temperatura de la tierra puede dar como resultado una reducción del 6,4% de la cantidad de trigo cultivado en el mundo. El calentamiento global está aumentando las temperaturas alrededor de 0,2°C cada 10 años. El número de precipitaciones aumenta en algunas zonas pero disminuye en otras. Las altas temperaturas y la escasa fiabilidad de las precipitaciones hacen que la agricultura sea difícil, especialmente para aquellos que cultivan tierras marginales y luchan por sobrevivir. Incluso los países desarrollados pueden verse afectados por la sequía. Cuando países como Rusia o Australia, grandes exportadores de trigo y cebada respectivamente, sufren sequía, la disponibilidad de alimentos en el mundo es menor, los precios mundiales suben y esto provoca que los pobres sean más vulnerables.
  • Plagas y enfermedades: Las plagas y enfermedades también están causando grandes problemas, reduciendo la producción anual prevista en aproximadamente una quinta parte al año. Los pesticidas han aumentado la producción de los cultivos. Sin embargo, aunque los agricultores de los países desarrollados pueden permitirse estos plaguicidas, la mayoría de los agricultores de los países en desarrollo de renta baja no pueden y pueden acabar perdiendo un porcentaje importante de su producción por las plagas y las enfermedades.
  • Tecnología: Las mejoras tecnológicas han aumentado la cantidad de alimentos de los que disponemos. La tecnología puede superar las deficiencias de temperatura, agua y nutrientes en los invernaderos, el riego y los fertilizantes. Esto puede tener un coste económico o medioambiental. Los países avanzados pueden importar alimentos de todo el mundo durante todo el año.
  • Pérdida de tierras de cultivo: El crecimiento del comercio de los biocarburantes hace que ocupen valiosas tierras de cultivo que no se utilizan para la alimentación.
  • Estrés hídrico: Los sistemas de riego proporcionan agua a los países que cuentan con escasas precipitaciones o con lluvias poco fiables. El riego puede doblar la producción de los cultivos pero instalar estos sistemas es caro. Se puede extraer agua de acuíferos subterráneos o directamente de los ríos. Ambas opciones tienen consecuencias medioambientales.
  • Pobreza: Cuando las personas tienen menos dinero no pueden permitirse comprar comida y son incapaces de trabajar. Las familias en países en vías de desarrollo gastan la mayor parte de sus ingresos en alimentos.
  • Guerras: Una guerra en los países que cuentan con una enorme producción primaria de trigo y cebada puede poner en peligro el suministro mundial (por ejemplo, en Ucrania, que posee una gran producción de trigo y de maíz). Los alimentos también pueden utilizarse como arma y, para obtener ventaja sobre otro país, el enemigo puede cortar el suministro de alimentos. También se pueden destruir cultivos durante los combates. La escasez de alimentos ha provocado disturbios y conflictos. Por ejemplo, la región de Sudán del Sur se ha visto afectada por conflictos durante años, con 4 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria. En la zona de Darfur, los conflictos por desacuerdos sobre la tierra y los derechos de pastoreo han durado años.

Según Rothamsted Research, se prevé que la persistente y creciente demanda mundial de trigo, alimento básico de unos 3.000 millones de personas, aumente un 60% de aquí a 2050. El trigo es el cereal más cultivado del mundo y contribuye de manera significativa a la alimentación del ser humano aportando aproximadamente una quinta parte de las calorías y las proteínas que necesita. Para la seguridad alimentaria mundial y la estabilidad política es fundamental garantizar una producción de trigo económica y fiable. Necesitamos cultivos capaces de sobrevivir en las zonas más marginales, lugares con climas cálidos y secos. Debemos recuperar esas cualidades de las variedades antiguas que hemos perdido en las variedades actuales de trigo. Esto se podría realizar a través de  mediante el fitomejoramiento tradicional, la modificación genética o la edición de genes.

El trigo es casi más antiguo que la propia agricultura. Las tres especies ancestrales de gramíneas prosperaron mucho antes de que apareciesen los seres humanos modernos en África, hace aproximadamente 200.000 años. Estas especies de gramíneas ya habían iniciado a intercambiar su material genético cuando los primeros agricultores, localizados en el Mediterráneo oriental en torno al 10.000 a.C., empezaron a practicar el cultivo selectivo. Este cultivo tenía como objetivo identificar y propagar variedades de trigo más resistentes y productivas.

Los científicos del John Innes Centre (Centro de Investigación de Excelencia en Ciencias Vegetales, Genética y Microbiología con sede en Norwich) cruzaron algunas variedades antiguas de hace 100 años con otras modernas para obtener una nueva variedad resistente a las enfermedades, al estrés, con mejores rendimientos y más eficiente en el uso de fertilizantes.

Así pues, redescubrir y modificar las variedades antiguas perdidas podría ser la mejor opción para salir adelante en la crisis de escasez de trigo.

Referencias

https://www.fao.org/fileadmin/templates/wsfs/docs/Issues_papers/HLEF2050_Global_Agriculture.pdf

D.S. Shrestha, B.D. Staab, J.A. Duffield, Biofuel impact on food prices index and land use change, Biomass and Bioenergy, Volume 124, 2019, Pages 43-53, ISSN 0961-9534,
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0961953419300911

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