El bienestar animal es cada vez más importante en el panorama de la ganadería actual, no sólo por razones éticas sino también por motivos prácticos y económicos. Los ganaderos de todo el mundo reconocen las ventajas de adoptar prácticas de bienestar animal entre las que se incluyen rebaños más sanos, una mayor producción y el acceso a los mercados de alto valor. Esta guía ofrece una visión práctica de los pasos clave que deben dar los ganaderos para asegurarse de que cumplen con las normas de bienestar animal, lo que les ayudará a tener éxito tanto en los mercados nacionales como internacionales.
Comprender las normas de bienestar animal
Las normas de bienestar animal son esenciales para garantizar que los animales de las granjas reciban un trato adecuado que responda a sus necesidades físicas y de comportamiento. El objetivo es proporcionar a los animales un entorno en el que puedan desarrollarse y favorecer una mayor productividad, comerciabilidad y sostenibilidad para los ganaderos. El bienestar animal no es solo prevenir la crueldad o que sufran daños, es cuestión de garantizar la buena salud del ganado, que esté en buenas condiciones y bien nutrido.
Estas normas se suelen basar en el concepto de las “cinco libertades” de protección animal, que incluyen:
- Libertad de hambre y sed
- Libertad de miedo y angustia
- Libres de molestias
- Libertad de dolor, heridas y enfermedades
- Libertad de expresar un comportamiento normal
Estas libertades se aplican a todas las especies ganaderas y son fundamentales para mejorar el bienestar de los animales y la rentabilidad de las explotaciones. Para cumplirlas es necesario adoptar medidas prácticas en materia de alojamiento, nutrición, control sanitario y manejo.
Por qué es importante el bienestar animal
Más allá del trato ético a los animales, las buenas prácticas de bienestar animal ofrecen muchas ventajas entre las que se incluye una mayor productividad, la mejor calidad de los productos y un mayor acceso a los mercados. Por ejemplo:
- Aumento de la productividad: Los animales sanos y en buenas condiciones suelen ser más productivos. Las vacas lecheras que disponen de espacio para moverse, alimento y lecho adecuados, con supervisión para detectar problemas de salud como la mastitis, producen más leche y de mejor calidad. Del mismo modo, los cerdos que se alojan en las condiciones adecuadas tienen una mayor eficiencia de conversión alimenticia y necesitan menos pienso para alcanzar el peso deseado.
- Menos estrés, más crecimiento: minimizar el estrés es clave para mantener un sistema inmunitario fuerte. Los animales que sufren de estrés constante son propensos a contraer enfermedades, lo que repercute negativamente en el aumento de peso y la fertilidad. Reducir el estrés mediante prácticas como un alojamiento adecuado, un tratamiento correcto y el enriquecimiento del entorno permite a los ganaderos mejorar la productividad general.
- Demanda de los consumidores y acceso al mercado: a los consumidores les preocupa cada vez más cómo se producen sus alimentos. Mercados como la Unión Europea (UE), el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda se decantan por productos que cumplen normas estrictas de bienestar animal. Al mejorar el bienestar, los ganaderos pueden cumplir los requisitos de los mercados de exportación más exigentes, lo que se traduce en mejores precios y mayor rentabilidad.
Navegar por las normas y reglamentos internacionales
Las normas de bienestar animal no son iguales en todo el mundo. Los ganaderos cuyo objetivo sea exportar sus productos se deben asegurar que cumplen no sólo la normativa de su país, sino también la del país importador, en muchos casos, la del comprador que importa los productos y que puede tener sus propios criterios al respecto. He aquí algunas consideraciones clave para los ganaderos:
- Legislación local: los ganaderos deben cumplir en primer lugar la legislación en materia de bienestar animal de su país. Estas normativas pueden diferir mucho en cuanto a los detalles y la aplicación. Por ejemplo, Australia cuenta con normas de bienestar claras y estructuradas que abarcan la manipulación, el transporte y el alojamiento del ganado como parte de sus marcos de bienestar a nivel nacional y estatal.
- Requisitos del país importador: los productos animales deben cumplir los requisitos exigidos por el país de destino. Por ejemplo, la UE cuenta con una estricta normativa de bienestar animal, que incluye la prohibición de las jaulas en batería tradicionales para gallinas (con el compromiso de eliminar progresivamente todas las formas de enjaulamiento para 2027), restricciones en el uso de establos para cerdas hasta el inicio de la gestación y estrictas normas de transporte de animales vivos que obligan a acortar los tiempos de viaje y limitan el transporte en épocas de calor extremo.
- Requisitos específicos del comprador: muchos grandes minoristas y productores de alimentos han elaborado sus propias directrices de bienestar animal que deben seguir los proveedores extranjeros. No se trata de requisitos legales, sino de normas adicionales que van más allá de la normativa local o internacional. Por ejemplo, la carne de vacuno importada por algunos supermercados de la UE puede requerir la certificación de organizaciones de bienestar animal como la RSPCA o GLOBALG.A.P. Estas normas forman parte de los compromisos de las empresas privadas con el abastecimiento ético, a menudo impulsados por la demanda de los consumidores y el posicionamiento de la marca.
Para tener éxito en los mercados internacionales, los ganaderos deben comprender y cumplir de forma proactiva todos estos requisitos. La clave está en adaptar sus prácticas ganaderas a las obligaciones legales y a las expectativas de los consumidores y compradores, que valoran cada vez más unos niveles de bienestar animal elevados.
Consejos prácticos para aplicar las normas de bienestar animal
- Proporcionar una nutrición adecuada: garantizar que todo el ganado tenga acceso a suficientes alimentos nutritivos que satisfagan las necesidades propias de su especie. Por ejemplo, los rumiantes como el ganado vacuno requieren una dieta rica en fibra para mantener una función digestiva adecuada. Al mismo tiempo, otros animales requieren una dieta equilibrada para satisfacer sus necesidades nutricionales particulares. Los animales deben tener siempre acceso a agua limpia.
- Los animales deben contar con un alojamiento seguro, cómodo y amplio, ha de estar bien ventilado y disponer de lechos adecuados. Aunque algunos animales requieren tener acceso al exterior, puede que esto no sea conveniente para todos los sistemas de producción. Los animales deben disponer de espacio suficiente para descansar cómodamente, zonas adecuadas para anidar o dormir y tener la posibilidad de comportarse de forma natural y acorde con su especie.
- Manipulación y gestión adecuadas: es crucial manipular el ganado con calma y de forma controlada. Se debe evitar un uso excesivo de la fuerza y asegurarse de que el personal esté bien formado en técnicas de manipulación que minimicen el estrés. Esto es especialmente importante durante el transporte, que es cuando los animales son más vulnerables al estrés y las lesiones.
- Supervisar la salud de los animales periódicamente: realizar controles sanitarios regulares es esencial para la detección precoz de enfermedades o lesiones. Esto incluye el control de problemas comunes como la cojera en el ganado o los problemas respiratorios en las aves de corral. Actuar rápidamente puede evitar que los problemas leves se conviertan en graves.
- Cumplir las normas de transporte: el transporte es uno de los aspectos más difíciles del bienestar animal. Los animales deben ser aptos para el transporte, lo que significa que deben disfrutar de buena salud, haber descansado lo suficiente y estar preparados para el viaje. Unas condiciones de transporte inadecuadas pueden provocar lesiones o enfermedades, lo que afecta al bienestar del animal y a la calidad del producto final.
Hacia adelante
Equilibrar el bienestar animal con la productividad y las exigencias del mercado es esencial para tener éxito en las explotaciones ganaderas de hoy en día. Los ganaderos pueden mejorar la salud animal, la productividad y el acceso a los mercados internacionales más rentables si adoptan normas de bienestar animal. Estos cambios exigen una inversión, pero los beneficios a largo plazo (en términos de ganado más sano, mejora de la calidad de los productos y mayor comerciabilidad) hacen que merezcan la pena.
Los ganaderos deben buscar el apoyo de los organismos agropecuarios locales, los programas de certificación de bienestar animal y los servicios de asesoramiento para la exportación, para que les ayuden a adaptar sus prácticas a la normativa de bienestar animal. Recuerde que invertir en bienestar animal es invertir en el futuro de su explotación, sus animales y su rentabilidad.
References:
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