El papel de los bioestimulantes:
Hoy en día, la agricultura es una actividad que se enfrenta a muchos problemas. Primero, con la presión del cambio climático (reducción de la producción) y una población que va en aumento, el mayor reto de la producción agrícola es garantizar la seguridad alimentaria, especialmente después de la pandemia mundial de COVID-19 (FAO 2023).
Ante tal situación, para el año 2050 debemos doblar la producción de alimentos. Para alcanzar este objetivo, los agricultores utilizan productos con diferentes composiciones químicas que afectan al medio ambiente y a las plantas. Sin embargo, los bioestimulantes son una solución alternativa y respetuosa con el medio ambiente para que la agricultura sea más sostenible y eficiente (Singh et al., 2024).
¿Qué son los bioestimulantes?
La primera pregunta que nos viene a la mente cuando oímos la palabra bioestimulantes es: ¿qué son? Son muchos los autores que se han interesado recientemente por responder a esta pregunta. El término bioestimulantes apareció en 1933, y a lo largo de los años ha ido acumulando numerosas definiciones, como las siguientes (Yakhin et al., 2017):
– “Hormonas de plantas que contienen sustancias que, cuando se aplican, pueden estimular el crecimiento de las plantas” (Schmidt, 1992).
– “Producto que suele ser de naturaleza orgánica que aumenta la actividad microbiana del suelo y/o el crecimiento de las plantas” (Nardi et al., 2006).
– “Materiales que no son ni fertilizantes ni pesticidas, pero que cuando se aplican a una planta mejoran su salud, crecimiento y protección” (Banks et Percival, 2012).
If we look at these definitions, we can see that the authors focused on defining biostimulants by eliminating confusion with other products. Biostimulants are neither fertilizers, pesticides, nor nutritional additives.Si nos fijamos en estas definiciones, podemos ver que los autores se centraron en definir los bioestimulantes eliminando la confusión con otros productos. Los bioestimulantes no son ni fertilizantes, ni pesticidas, ni aditivos nutricionales.
Su función principal es mejorar la salud y el crecimiento/vigor de las plantas.
La AFNOR (Asociación Francesa para la Estandarización), en un documento publicado en abril de 2022, definió los bioestimulantes como “productos que estimulan el proceso nutritivo de la planta independientemente de los nutrientes que contenga, con el único fin de mejorar una o varias de las siguientes características de las plantas o de su rizosfera:
– Eficiencia de utilización de nutrientes
– Resistencia al estrés abiótico
– Características de calidad
– Disponibilidad de nutrientes en el suelo o la rizosfera” (AFNOR, 2022).
¿Cuáles son las diferencias entre bioestimulantes y el control biológico?
Confundir estos dos términos es algo bastante habitual. Los bioestimulantes actúan sobre el estrés abiótico como la sequía, el exceso/uso del agua, las temperaturas extremas, la salinidad y las deficiencias de minerales. Los agentes de control biológico actúan contra el estrés de enfermedades, insectos y plantas parásitas (Académie des biostimulants, s. d.).
Imagen 1: Efectos protectores de los bioestimulantes contra el estrés abiótico. De Oosten, Pepe, Pascale, Silletti, Maggio – https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Graphical-abstract-Biostimulants-have-protective-effects-against-abiotic-stress.gif
¿Cuál es el origen de los principios activos de los bioestimulantes?
Existen cinco fuentes distintas según su origen (UNIFA, 2023):
- Animal: aminoácidos
- Vegetal: extracto de algas, betaína, aminoácidos
- Microbianos: bacterias, hongos, levaduras, extractos de microorganismos
- Minerales o extractos minerales: sílice, sustancias húmicas
- Sintéticos: precursores hormonales, ácido fólico, lignosulfonato.
Aunque es importante reconocer el origen de los ingredientes activos, debemos centrarnos en el rendimiento y la eficacia de los bioestimulantes.
¿Cómo utilizar los bioestimulantes?
Existen cuatro formas diferentes de aplicar los bioestimulantes (UNIFA, 2023):
- Aplicación al suelo
- Aplicación foliar
- Tratamiento de semillas
- En combinación con un fertilizante convencional o productos fitofarmacéuticos
¿Son eficaces los bioestimulantes?
La eficacia de los bioestimulantes está relacionada con su origen y con cómo se aplican. Con el sistema de apertura y cierre de los estomas, las plantas pueden absorber nutrientes de forma más eficiente por las hojas que a través de las raíces. Esto provoca que las aplicaciones foliares sean más eficaces, facilitando el acceso de las plantas a los nutrientes. Eso también acelerará su funcionamiento (K.V.Supraja et al., 2020).
Es más, cuando se trata de su composición, los bioestimulantes actúan en partes distintas: el extracto de algas es conocido por ser altamente nutritivo en lo que se refiere a los macro y micronutrientes esenciales (Zheng et al., 2022).
Según los resultados de la investigación, la eficacia de los extractos de microalgas para tratar semillas y su pulverización foliar en tomateras ha demostrado mejor eficiencia germinativa (K.V.Supraja et al., 2020).
En otro estudio, se ha demostrado que el uso de bioestimulantes en plantas para producir flores afecta de forma positiva tanto a la cantidad como a la calidad de las flores (Vinutha et al., 2017). Este rendimiento extraordinario de los extractos de algas marinas se explica por el hecho de que las macroalgas contienen muchas hormonas de crecimiento vegetal como auxinas, ácido abscísico, citoquininas y giberelinas (Oancea et al., 2013).
Además, las algas contienen un componente esencial para el crecimiento de las plantas, el carragenano, que aumenta el crecimiento de las plantas y su respuesta defensiva contra las infecciones cuando se aplica a diversas especies vegetales (Md. Motaher et al., 2024).
Los bioestimulantes contra el estrés de los herbicidas:
Los herbicidas se utilizan para eliminar las malas hierbas, pero debido a su composición química, pueden causar daños a las plantas si se utilizan de forma incorrecta (Grandel, 2024). Este uso imprudente puede ser utilizar más cantidad de la que se debe, problemas de selectividad del herbicida sobre el cultivo, o incluso aplicarlo en condiciones climáticas inadecuadas dando lugar a problemas de toxicidad (biostimulant.com, 2020).
Este estrés se puede observar como un retraso en el crecimiento y el desarrollo de la planta, así como clorosis y necrosis de las hojas, deformación de las hojas y crecimiento anormal, daños en las raíces y absorción deficiente de nutrientes, anomalías reproductivas y estrés fisiológico y desequilibrio hídrico (Grandel, 2024). Esta situación de estrés repercute en el rendimiento general de la planta.
Algunos bioestimulantes pueden ayudar contra este estrés intensificando la liberación de emisiones de alerta de estrés en la célula vegetal para que se active el metabolismo enzimático del cultivo, que elimina los compuestos tóxicos de las células. De este modo se puede reiniciar la fotosíntesis y el crecimiento (Aladin.farm, 2023).
A partir de aquí, podemos afirmar que existe la necesidad de identificar sistemas que combinen especies de plantas, bioestimulantes y herbicidas como respuesta al hecho de que los bioestimulantes protegen los cultivos de los daños provocados por los herbicidas y crean una técnica agronómica nueva e innovadora, mejorando tanto la producción de los cultivos como el rendimiento de las plantas (Nikolaos et al., 2023).
Imagen 2: Síntomas de estrés por herbicidas en el trigo. (IRIIS phytoprotection, s. d.)
Referencias:
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