El girasol se planta en muchas partes del mundo como un cultivo de secano o de regadío. El sistema de raíces profundas de la planta es responsable de proporcionar tolerancia a la sequía, ya que puede absorber agua a una profundidad de 1,5 metros de la superficie del suelo. Con un sistema radicular extenso (hasta 2 m = 6 pies) y muy ramificado, el girasol puede extraer agua y nutrientes de las capas más profundas del suelo que la mayoría de los otros cultivos anuales no pueden alcanzar. Cuando hay mucha agua disponible en el entorno-suelo, la planta puede usar 50,8-76,2 mm más de agua durante la temporada de crecimiento en comparación con el trigo, pero menos que el maíz y la soja (1).

A lo largo de la temporada de crecimiento, el girasol necesita aproximadamente 500-670 mm de agua (7,1 mm al día) (Yawson et al., 2011, 1). Como cultivo de secano, el girasol depende del agua almacenada en el suelo y de las precipitaciones para satisfacer estas necesidades. Sin embargo, incluso si la cantidad total de agua se satisface gracias a las precipitaciones, la irregularidad del suministro de agua durante las diferentes etapas de crecimiento de las plantas puede causar estrés por sequía y, en consecuencia, una pérdida de rendimiento. La mejora de rendimiento fue excelente con sistemas de regadío. En concreto, los híbridos de girasol para producción de aceite cultivados con sistemas de regadío produjeron un promedio de 92 kg de semillas por hectárea más en comparación con el sistema de secano (1). Los experimentos de científicos y agricultores confirman este impacto positivo del riego en girasoles con un aumento del rendimiento del 100 al 200 % en un sistema de regadío (2). Este aumento esperado se puede calcular más fácilmente si se tiene en cuenta el siguiente principio. El girasol puede extraer hasta 190 mm de agua almacenada en 1,8 m (6 pies) de profundidad del suelo. Por cada 25 mm de agua utilizada por encima de esa capacidad de la planta, el rendimiento aumenta un promedio de 168,13 kg por hectárea (150 lb por acre) (3).

Etapas de crecimiento y necesidades hídricas del girasol

Los requisitos del cultivo con respecto al momento y la cantidad de riego dependen de la variedad, la población de plantas, las condiciones ambientales y el perfil edafológico. Como se mencionó anteriormente, es vital suministrar a las plantas suficiente agua cuando más la necesitan. En general, se necesitan lluvias o riego cada 14 días para mantener la humedad del suelo en un nivel deseable y maximizar el rendimiento del cultivo. El uso diario promedio de agua aumenta a medida que la planta crece. En particular, hasta la emergencia de la planta, la necesidad hídrica es de unos 0,5-0,7 mm al día, alcanzando 6-8 mm al día desde el desarrollo de la cabeza y la floración hasta el granado. Estos números pueden variar en función de la temperatura.

El período más crítico para evitar el estrés hídrico es entre la floración y el momento en que se llena el aquenio. La escasez de agua durante estas etapas puede disminuir el rendimiento y la calidad del aceite de semilla de girasol (Hussain et al., 2018). Dependiendo de la región, se pueden necesitar de cero a seis sesiones de riego. En general, hay de dos a tres aplicaciones rentables que pueden equilibrar la mejora de rendimiento y los gastos del riego y cubrir las necesidades de la planta en las etapas críticas de iniciación de los brotes, apertura de flores y llenado de semillas. Como resultado, la primera debe garantizar una humedad adecuada en la siembra para facilitar el establecimiento del cultivo y fomentar el desarrollo de las raíces. El agricultor puede necesitar aplicar la segunda sesión de riego cuando el brote de girasol alcanza aproximadamente 1,9-2,5 cm (0,75-1 pulgadas) de diámetro (etapas reproductivas R5.9). La falta de agua suficiente durante esta fase puede reducir el rendimiento hasta en un 50 %. Si la temperatura es alta y no llueve, se pueden necesitar 1-2 aplicaciones más, una 20 días después de la anterior y otra en el granado tardío (4, 2). Por último, las plantas pueden tener una utilización de agua óptima y un rendimiento máximo si sus necesidades nutricionales (N, P, K) también están suficientemente cubiertas.

Sistemas de riego utilizados en el girasol

Lamentablemente, muchos agricultores malinterpretan los beneficios de regar girasoles y usan cantidades excesivas de agua mediante los sistemas de riego por surcos y alcorques (Ebrahimian et al., 2019). Sin embargo, tales aplicaciones se han vinculado con un mayor riesgo de encamado de las plantas. El encamado del girasol puede clasificarse a su vez como encamado de la raíz y encamado del tallo. El encamado de la raíz es más común en caso de que haya un exceso de agua en el suelo debido a que la cabeza pesa mucho y a la falta de soporte porque el suelo está reblandecido en la zona de la raíz (Sposaro et al., 2010). Otros sistemas como el riego por goteo o el riego con aspersores reducen este riesgo (Zou et al., 2020). Una opción común es usar una pluma de riego de carrete de manguera de varios metros. También se ha observado que el riego por goteo sofisticado en el cultivo de girasol aumenta sustancialmente la altura de la planta, el diámetro del tallo, el diámetro de la cabeza, el peso de las hojas por planta, el peso de la cabeza por planta, el peso de las semillas por cabeza, el rendimiento de las semillas y el rendimiento del aceite (5).

Referencias

  1. https://www.ag.ndsu.edu/publications/crops/sunflower-production-guide#section-1
  2. https://www.ndsu.edu/agriculture/ag-hub/ag-topics/crop-production/crops/sunflowers/irrigated-sunflowers
  3. https://www.ars.usda.gov/ARSUserFiles/30100000/1990-1999documents/342%201998%20Nielsen%20FS.pdf
  4. https://sanangelo.tamu.edu/extension/agronomy/agronomy-publications/sunflower-production-guide/
  5. https://www.academia.edu/19712095/Growth_productivity_and_water_use_of_sunflower_crop_under_drip_irrigation_system

Ebrahimian, E., Seyyedi, S.M., Bybordi, A., Damalas, C.A., 2019. Seed yield and oil quality of sunflower, safflower, and sesame under different levels of irrigation water availability. Agric. Water Manage. 218, 149–157.

Zou, H., Fan, J., Zhang, F., Xiang, Y., Wu, L., Yan, S., 2020. Optimization of drip irrigation and fertilization regimes for high grain yield, crop water productivity and economic benefits of spring maize of Northwest China. Agric. Water Manage 230, 105986.

Sposaro, M.M., Berry, P.M., Sterling, M., Hall, A.J., Chimenti, C.A., 2010. Modelling root and stem lodging in sunflower. Field Crops Res. 119, 125–134.

Yawson, D. O., Bonsu, M., Armah, F. A., & Afrifa, E. K. (2011). Water requirement of sunflower (Helianthus annuus L.) in a tropical humid-coastal savanna zone.

Hussain, M., Farooq, S., Hasan, W., Ul-Allah, S., Tanveer, M., Farooq, M., & Nawaz, A. (2018). Drought stress in sunflower: Physiological effects and its management through breeding and agronomic alternatives. Agricultural Water Management, 201, 152-166. doi: 10.1016/j.agwat.2018.01.028

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