En general, la cebada utiliza la humedad de forma más eficiente que otros cereales. Por ello, en muchos casos puede cultivarse sin riego. A pesar de esto, casi el 50% de los cultivos comerciales de cebada en zonas secas son de regadío. Cuando la dosis de siembra seleccionada es baja, es muy probable que las plantas no mantengan la humedad, ya que aumenta el crecimiento vegetativo (1).

Necesidades hídricas en las diferentes fases de crecimiento de la cebada

Las plantas de cebada necesitan al menos 100 mm (4 pulgadas) y, con mayor frecuencia, 125 mm (5 pulgadas) de agua desde la germinación hasta la fase de crecimiento reproductivo para producir grano. Las necesidades de agua durante el crecimiento vegetativo varían en función de las temperaturas ambientales. Por ejemplo, las plantas necesitan más humedad para la transpiración durante una primavera cálida y seca que en una fresca (2).

Como cultivo de estación fresca, la cebada crece mejor a temperaturas en torno a los 20 °C o 68 °F. Esto sucede porque, en este rango, la planta puede utilizar más humedad disponible en el suelo para el crecimiento vegetativo del cultivo que para la transpiración.

Los cultivos de cereales, como la cebada, utilizan aproximadamente de 2 a 3 mm/día de agua o de 0,078 a 0,11 pulgadas de agua en la fase de macollaje, mientras que necesitan un poco más (alrededor de 3 a 5 mm/día de agua o 0.11 a 0.19 pulgadas/día) en la fase de elongación del tallo. Cuando la temperatura ambiental supera los 25 °C o los 77 °F, la planta necesita más humedad (5 mm/día o 0,19 pulgadas/día). En una semana, la cebada utilizará entre 20 y 35 mm de agua o entre 0,787 y 1,377 pulgadas de agua en la fase de crecimiento de elongación del tallo, dependiendo de otras condiciones ambientales como los niveles de humedad, la radiación solar, la temperatura y el viento. Durante la fase emergente de la espiga, a menudo a principios de julio, el uso del agua se incrementa hasta 7-8 mm/día o 0.27 to 0.31 pulgadas/día (en condiciones ideales). El pico de consumo de agua es crucial para las plantas de cebada desde mediados de junio hasta finales de julio o principios de agosto. Pueden producirse reducciones significativas del rendimiento si, durante este periodo, la humedad no alcanza el nivel deseable. Durante la fase de crecimiento reproductivo, las necesidades y el consumo de agua siguen siendo elevados. Después de la fase de espigado, la cebada seguirá utilizando de 7 a 8 mm/día de agua o de 0,27 a 0,31 pulgadas/día hasta la fase de floración y maduración (en condiciones de crecimiento ideales). A medida que los granos se rellenan, el uso de agua disminuye y se reduce bruscamente cuando las plantas alcanzan la madurez. Algunos resultados interesantes muestran que, en condiciones ambientales óptimas, por cada 25 mm (1 pulgada) de agua utilizada, la cebada producirá de 5 a 7 bushels/acre o de 0,34 a 0,47 toneladas/hectárea (2).

Toda la información mencionada anteriormente no son más que algunas directrices generales que no deben seguirse sin investigar. No hay dos campos idénticos en el mundo; por lo tanto, nadie puede aconsejarle sobre métodos de fertilización sin tener en cuenta los datos de las pruebas realizadas en su suelo, el análisis de los tejidos y el historial del campo. 

Referencias

  1. https://mccc.msu.edu/wpcontent/uploads/2016/09/ManagingCoverCropsProfitably_Barley.pdf
  2. https://open.alberta.ca/dataset/9a017865-5692-464d-92ac-93b5d50558db/resource/c0d20e0c-9f14-4f6d-8144-b8a6bc3452ba/download/5485851-2011-agrifactscropwateruserequirementsrevised-100-561-1-2011-11.pdf

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