Requisitos del suelo, preparación del suelo y plantación de la calabaza

Requisitos del suelo, preparación del suelo y plantación de la calabaza
Calabaza
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Aunque las calabazas pueden sobrevivir en una gran variedad de terrenos, prosperan mejor en suelos fértiles (con mucha materia orgánica), profundos (más de 1 m), francos o franco-arenosos, con buen drenaje, suficiente humedad en la tierra y niveles de pH de 5,8 a 7,5. Si el pH es demasiado bajo, se recomienda a los agricultores aplicar dolomita al menos 6 semanas antes de plantar el cultivo. Esto mejorará la absorción de nutrientes por parte de las plantas. Las plantas no responden bien en suelos empapados y pesados. Sin embargo, en algunos casos pueden utilizarse suelos arcillosos con suficiente drenaje y aireación. Aunque las calabazas tienen una tolerancia mayor a algunos patógenos del suelo que otras cucurbitáceas (como el pepino y el melón), es mejor aplicar la rotación de cultivos para reducir la presión de enfermedades y plagas. Si en la parcela hay que plantar una tras otra especies estrechamente emparentadas, es mejor que las calabazas sean el segundo cultivo, debido a su grado de resistencia.

Preparación del terreno para plantar calabaza

Para obtener el máximo rendimiento, es fundamental preparar bien el suelo. El objetivo es que el sustrato tenga una textura fina, no compactada, que permita el crecimiento de las raíces hasta 1 m de profundidad. Normalmente, los agricultores aran a una profundidad de 20-25 cm (8-10 pulgadas). En suelos compactos, los agricultores pueden tener que arar un poco más profundo. Para allanar el lecho de siembra, en algunos casos es mejor utilizar motocultores o arado dentado en lugar de arado de discos. Los agricultores que practican la siembra directa pueden sembrar las calabazas con una sembradora sin labranza o trasplantar las plántulas en un lecho mínimamente preparado con tan sólo un laboreo secundario. 

Tanto si el agricultor decide iniciar su cultivo a partir de semillas como de trasplantes, es muy importante que en el terreno no haya ningún tipo de malas hierbas para que crezcan las plantas de calabaza. La técnica de la falsa siembra seguida de un cultivo poco profundo o una aplicación de herbicida antes de la plantación pueden ser medidas eficaces de control de las malas hierbas. Además, se puede utilizar mantillo o plástico negro para cubrir el suelo, que servirá para controlar las malas hierbas. Recuerde que la parcela de calabazas debe permanecer sin malas hierbas durante las 5 primeras semanas después de haberlas plantado. Para proteger de una manera eficaz las necesidades de nutrientes de las plantas, especialmente en las primeras fases de desarrollo, los agricultores deben realizar anualmente un análisis del suelo. Puede aplicarse abono animal o verde (135 toneladas/hectárea o 2000-3000 fanegas/acre). Muchos agricultores aplican un fertilizante N-P-K a voleo o por franjas.

Plantar calabazas, distancia entre plantas y número de plantas por hectárea/acre.

Un cultivo de calabaza puede empezar por semillas o por trasplantes (plantones injertados y no injertados). La primera modalidad es la más utilizada (sobre todo porque es más barata). La densidad de plantas afecta al tamaño del fruto y al rendimiento. A la hora de determinar la distancia entre plantas de calabaza, es fundamental tener en cuenta la especie y la variedad de calabazas utilizadas (variedades arbustivas o rastreras, de fuerte crecimiento, con frutos grandes o más pequeños, etc.) y la disponibilidad de nutrientes y agua.

Podemos plantar las calabazas en hileras individuales en el terreno o en bancales elevados, dependiendo del tipo de calabaza. La distancia que suelen dejar los agricultores de calabaza (y calabacín) entre plantas  es de 61-99 cm (24-36 pulgadas) entre líneas de cultivo de 1,5-3,6 m (5-12 pies). Estas distancias pueden dar lugar a alrededor de 2.400-7.000 plantas por hectárea (1.000-3.000 plantas/acre). Cuanto más erguida sea la variedad de calabaza, podremos tener menos distancia entre las plantas. Si las calabazas se siembran directamente en la parcela, las semillas deben colocarse a 5 cm (2 pulgadas) de profundidad. Para sembrar una superficie de 1 hectárea, los productores de calabazas suelen necesitar 2,3-4,5 kg de semillas (dependiendo de su tamaño y de las distancias de plantación) (para 1 acre, 2-4 lb de semillas). El agricultor de calabazas debe tener en cuenta que, para que germinen las semillas o se establezca el trasplante con éxito, las 3 pulgadas (7,62 cms) superiores del suelo deben tener una temperatura por encima de los 15-18°C (60-65°F). En las zonas más frías, los productores de calabazas suelen preferir plantar en montículos o colinas/bancales de 20-25 cm (8-10 pulgadas) de altura y con una distancia mínima de 1,20-1,50 m (48-60 pulgadas) entre ellas (la mayor medida será la más adecuada cuando se utiliza maquinaria). En caso de que sea necesario quitar plantas, se recomienda hacerlo cuando alcancen una altura de 10-15 cm (4-6 pulgadas).

Dependiendo de la variedad y de las distancias entre plantas (entre otros factores), se espera que cada cepa de calabaza produzca 1,5 frutos de media. En general, se considera que las variedades arbustivas y semiarbustivas rinden más que las cepas tradicionales. Por último, las variedades miniatura pueden dar entre 12 y 15 calabazas pequeñas por planta.

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