¿Qué es la rotación de cultivos y qué ventajas ofrece?

La rotación de cultivos consiste en plantar dos o más cultivos distintos uno después del otro. En un régimen de rotación de cultivos, un agricultor nunca planta el mismo cultivo en dos temporadas de cosecha sucesivas. Se ha comprobado que la rotación de cultivos previene la erosión del suelo, mejora la estructura del suelo, aumenta los nutrientes del suelo, promueve la biodiversidad y reduce la población de malezas y plagas.

¿Por qué la rotación de cultivos aumenta el nitrógeno en el suelo?

En la mayoría de los casos, se elegirá una leguminosa como la alfalfa o el trébol rojo como uno de los tres o cuatro cultivos del régimen de rotación de cultivos. Estas plantas son famosas por fijar nitrógeno en el suelo. Las bacterias Rhizobia que se encuentran en la raíz de las plantas convierten el nitrógeno atmosférico en formas de nitrógeno orgánico, un procedimiento conocido como fijación. Este procedimiento aporta grandes cantidades de nitrógeno (N) a los cultivos posteriores y a la materia orgánica del suelo.

¿Qué se puede plantar después de los tomates en la rotación de cultivos?

Después de una cosecha de tomates, puede plantar una leguminosa, como judías verdes, guisantes o alfalfa.

¿Qué se puede plantar antes del trigo en la rotación de cultivos?

También en este caso, los cultivos de leguminosas, como los guisantes, los altramuces y las lentejas, fijan el nitrógeno del aire. Esta práctica aporta nitrógeno muy beneficioso para los cereales que se planten después y puede durar más de un año. Pero también hay otras opciones. La ventaja más destacada de romper los cultivos para seguir con los cereales es la reducción de las enfermedades transmitidas por el suelo y los rastrojos. En Australia, por ejemplo, la producción de trigo después de la cosecha de colza o lino ha aumentado una media de un 20 % en comparación a dos cosechas sucesivas de trigo, sobre todo por la reducción de las enfermedades.

¿Qué se puede plantar antes del maíz en la rotación de cultivos?

Las leguminosas, como los cacahuetes y las judías verdes, fijan el nitrógeno en el suelo. Cuando sus partes verdes y sus raíces se pudren, otros cultivos como el maíz pueden beneficiarse de este nitrógeno. En consecuencia, se consiguen cosechas mejores y más estables sin tener que aplicar fertilizantes inorgánicos caros.

Referencias

https://www.fao.org/3/y5146e/y5146e0a.html

https://teca.apps.fao.org/teca/pt/technologies/8367

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