Necesidades de fertilización de las calabazas

Necesidades de fertilización de las calabazas
Calabaza
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En primer lugar, tenemos que tener en cuenta el estado del terreno de la parcela mediante análisis semestrales o anuales del suelo antes de aplicar cualquier método de fertilización o laboreo. No hay dos campos iguales, ni nadie puede aconsejarle sobre métodos de fertilización sin tener en cuenta los datos de los análisis del suelo, el análisis de tejidos y el historial de cultivos de su campo. No obstante, enumeraremos los esquemas de fertilización para calabaza más comunes (recomendación general) utilizados por un número considerable de agricultores.

Tal y como sucede en otros cultivos frutales, es fundamental seguir un programa de fertilización equilibrado y evitar la sobrefertilización (uso excesivo de nitrógeno, por ejemplo), que provocará efectos tóxicos en las plantas, pérdida de nutrientes por escorrentía y crecimiento vegetativo excesivo (en detrimento de la producción de frutos). Además, el uso excesivo de fertilizantes ricos en nitrógeno, especialmente durante las primeras fases de desarrollo, puede disminuir la capacidad de floración de las flores femeninas.

Los fertilizantes pueden aplicarse al voleo en todo el campo o en bandas en las hileras de plantas. Tenga en cuenta que, si se aplica al voleo, necesitará mayor cantidad de fertilizante. Esta técnica no suele recomendarse, sobre todo en campos con problemas significativos de malas hierbas. 

Muchos agricultores (ecológicos) utilizan estiércol animal o compost para suministrar a sus cultivos los nutrientes necesarios, mejorar la materia orgánica del suelo o como aplicación complementaria combinada con algunos fertilizantes químico-sintéticos. El estiércol de aves (por ejemplo, de pollos) se considera el más rico en N-P-K (2,1% de N, 1,6% de P y 1,0% de K), y se suelen incorporar al campo 5 toneladas por hectárea como abono de base 4-6 semanas antes de plantar las calabazas. En general, los productores de calabaza utilizan, por término medio, 110-160 kg de N (o 260 kg de urea/hectárea), 30-45 kg de P2O55, 45-200 kg de K₂O, 90-130 kg de CaO y 40-60 kg de MgO por hectárea (98-143 lb de N o 232 lb de urea, 27-40 lb de P2O5, 40-178 lb de K₂O, 80-116 lb de CaO, 37-53,5 lb de MgO por acre). Dependiendo del campo y de los resultados del análisis del suelo, el productor de calabaza también puede necesitar añadir 11 kg de azufre, 1,12 kg de boro real y 5,6 kg de zinc real por hectárea (10 lb S, 1 lb B, 5 lb Zn por acre respectivamente).

Tenga en cuenta que las cantidades mencionadas anteriormente son relativamente altas y deben reducirse cuando las calabazas dan buen resultado con las leguminosas en el campo (especialmente para el N) o la prueba de análisis del suelo muestra cantidades suficientes de nutrientes en el campo. Por ejemplo, si el nitrato del suelo es superior a 50 ppm en el suelo, entonces la cantidad de fertilizantes N añadidos debe reducirse a 50 kg/ha (44,6 lb/acre). Si los niveles de nutrientes en el suelo son insuficientes, 20 kg/ha de P (18 lb/acre) y 0-20 kg de K (0-18 lb/acre) son más que suficientes para cubrir las necesidades de las plantas de calabaza.

Para evitar la lixiviación de nutrientes (especialmente del N), los agricultores de calabazas dividen la cantidad total de fertilizantes necesarios en más dosis. Empiezan suministrando 50-70 kg/ha de N (45-62 lb/acre), la cantidad total de P (P2O5), 90-120 kg/ha de K₂O y 20-30 kg/ha de MgO (80-107 lb de K₂O y 18-27 lb de MgO por acre) como fertilizante de base antes de plantar y continúan con el abonado lateral aplicando 55-70 kg de N, 130-180 kg K₂O y 20-30 kg MgO por hectárea (49-62 lb N, 116-162 lb K₂O y 18-27 lb MgO por acre) divididos en 2-4 aplicaciones. Posteriormente, pueden realizar las correcciones necesarias aplicando fertilizantes foliares. En algunos casos, los agricultores pueden realizar pulverizaciones foliares con molibdato sódico en la fase en la que la planta cuenta con 3-4 hojas. Normalmente, una aplicación complementaria, especialmente para el nitrógeno, se aplica justo antes de que comience el crecimiento de la enredadera, para evitar cualquier efecto negativo sobre la floración y el rendimiento. El resto de los nutrientes pueden aplicarse en 2 dosis, la primera unas 5 semanas después del trasplante y la otra 4 semanas más tarde.

Cuando se ha instalado y utilizado un sistema de riego por goteo en un campo de calabazas, muchos agricultores optan por fertilizar su cultivo mediante fertirrigación (fertilización + riego). Los agricultores suministran fertilizantes solubles en agua dentro del sistema de riego por goteo. De este modo, pueden aportar los nutrientes gradualmente y darle a la planta el tiempo adecuado para absorberlos. La fertirrigación suele comenzar unas dos o tres semanas después de trasplantar las plántulas de calabaza.

De todos modos, las directrices ofrecidas no son más que patrones comunes que no deben seguirse sin hacer una indagación por uno mismo. Cada terreno es distinto y tiene necesidades diferentes. Comprobar los nutrientes y el pH del suelo es vital antes de aplicar cualquier método de fertilización. Puede consultar a su agrónomo local autorizado.

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