Necesidades de agua y riego del cacao

El alto promedio anual de lluvias oscila entre 78 – 216 cm (31 – 85 pulgadas) en Ghana, distribuidas de manera desigual en la mayoría de los años. Junco con alta evapotranspiración y pérdidas por escorrentía superficial, esto significa que los déficits de humedad, especialmente en la capa superficial del suelo, ocurren con bastante frecuencia. Se prefiere la irrigación por goteo con emisores de regulación de las necesidades de consumo del cultivo, directamente en la zona de raíces. 

Dada la aparente sensibilidad del cacao a la sequía, ha habido sorprendentemente pocos experimentos de riego, lo cual es comprensible dada la limitada probabilidad de riego a gran escala a nivel comercial. Murray (1961) informó sobre los resultados de uno de estos experimentos en Trinidad. Sin embargo, los problemas para aplicar y monitorear la cantidad de agua aplicada en la época seca significaron que los resultados obtenidos durante cinco años (sin ventaja de rendimiento consistente del riego) tuvieron poco valor. Se sugirió que la baja humedad atmosférica en la época seca podría ser un factor limitante. También se comprometió un experimento de riego en Ghana debido a un diseño deficiente (reconocido como una debilidad), lo cual impidió el análisis de los resultados. Se obtuvieron aumentos de rendimiento del 12, 17 y 40% en árboles maduros de la variedad Amelonado al mantener el suelo cerca de la capacidad de campo en 1960-1962. Estos aumentos fueron menores de lo esperado en ese momento, debido nuevamente a las restricciones del ‘aire seco’. No se presentaron rendimientos absolutos (Hutcheon et al., 1973). En Costa de Marfil, Jadin y Jacquemart (1978) compararon dos métodos de riego (aspersión y goteo) con un tratamiento de control sin riego en el desarrollo y rendimiento del cacao joven durante un periodo de dos años. La irrigación por aspersión se aplicó cuando el déficit de agua en el suelo medio alcanzaba los 20 mm (0,78 pulgadas), mientras que la irrigación por goteo se aplicó cuando la tensión del agua en el suelo alcanzada los 20 kPa a 0,2 m (7,8 pulgadas). Como resultado, en parte debido a estas diferencias en la programación del riego, se aplicó considerablemente más agua con los aspersores durante la estación seca (535 mm o 21 pulgadas) que con el goteo (224 mm o 8,8 pulgadas). 

El riego, especialmente por goteo, aceleró la velocidad del desarrollo, aumentó el número de flores y aumentó los rendimientos, pero no afectó la periodicidad del ciclo de crecimiento. Los resultados de un ensayo de riego a escala de campo no replicado en Malasia peninsular fueron reportados posteriormente por Huan et al. (1986). Se aplicó riego suplementario (por goteo) diariamente a un bloque de 0,5 ha (1,2 acres) de plántulas híbridas mixtas en una finca costera (arcilla marina) después de periodos secos de 669 días (sin lluvia durante dos semanas), excepto en los días en que había habido 5 mm (0,2 pulgadas) o más lluvia, o cuando estaba lloviendo. Un bloque similar de 0,5 ha (1,2 acres) se utilizó como control sin riego. El ensayo duró casi tres años (1981-1983). Los rendimientos anuales de granos secos aumentaron con el riego de 1500 a 2400 kg por hectárea (1338 a 2141 lb/acre) (+60%) en 1982 y de 1150 a 1450 kg por hectárea (1026 a 1294 lb/acre) (+28%) en 1983. Esto resultó en un aumento entre el número de vainas (promedio +39%) y en el peso de los granos (+7%). No se especificaron las cantidades de agua aplicadas. Esos resultados solo se pueden considerar indicativos de las respuestas al riego en este sitio y tienen un valor genérico limitado. En el experimento de sequía simulada El Niño reportada por Moser et al. (2010) en Indonesia (descrito anteriormente en Raíces y requerimientos de agua del cultivo), no hubo diferencias significativas en la producción de biomasa de hojas, tallos y ramas de cacao, ni en la biomasa de raíces finas (encima y debajo del suelo) entre el tratamiento de control y aquel en el que la lluvia disminuyó un 70-80%, a pesar de que el perfil del suelo se secó hasta alcanzar un punto de marchitez permanente durante el año. 

Como contraste, hubo una reducción de la producción de granos secos durante todo el año, de 740 ± 180 a 670 ± 30 kg por ha (660 ± 161 a 600 ± 27 lb/acre) (ambos rendimientos bajos en comparación con los mejores rendimientos comerciales), siendo las cosechas posteriores más afectadas que las tempranas. Se propusieron posibles causas de la respuesta limitada a la sequía en términos de producción neta de biomasa. Estas incluyeron ajuste osmótico activo en las raíces (medido), alta humedad atmosférica en ambos tratamientos y mitigación de la sequía a través del sombreado por parte de Gliricidia. En contraste con los ensayos descritos anteriormente, el objetivo principal práctico de un experimento resumido por Hutcheon (1981b) fue averiguar si el riego inducirá a los árboles de Amelonada a florecer durante toda la temporada seca para producir polen para su uso en la polinización manual de un huerto de semillas en Ghana. Cuando se eliminaron continuamente los cherelles, los árboles produjeron un 30% más de flores que los no regados, aunque los patrones de floración fueron los mismos. 

No hubo beneficios en utilizar aspersores sobre los árboles (para reducir el estrés hídrico interno aumentando la humedad) en lugar de micro aspersores por debajo de los árboles. La mitigación de la sequía mediante el acolchado repetido (con pseudotallos frescos y húmedos de plátano) mejoró el establecimiento de plántulas de cacao durante la prolongada estación seca de seis meses en Ecuador (Orchard & Saltos, 1988). Es aún más difícil encontrar consejos específicos para los productores sobre prácticas de riego, pero en el Instituto Central de Investigación de Cultivo Plantaciones, Kerala, al sur de la India, brinda el siguiente consejo (editado) 670 M. K. V. CARR y G. LOCKWOOD a los productores de cacao en algunas áreas del sur de India, donde pueden ocurrir períodos largos de clima seco de tres a seis meses (CPCRI, 2010): ‘Realice riegos a intervalos semanales durante el verano [presumiblemente se refiere a un cultivo exclusivo]. Cuando el cacao se cultiva como un cultivo mixto con nuez de areca, riegue una vez a la semana durante noviembre-diciembre, una vez cada seis días durante enero-marzo y una vez cada cuatro días durante abril-mayo con 175 litros de agua por árbol- 1. Se obtienen rendimientos máximos cuando se riega por goteo con 20 litros por día por árbol. Por ejemplo, suponiendo una densidad de plantación de 1600 árboles por hectárea (640 árboles por acre) (2.5 m × 2.5 m or 8.2 x 8.2 pies), estas cifras equivalen a tasas de uso de agua equivalentes a 5.6–7.0 mm (or 0.22-0.27 pulgadas) por día para el riego por goteo. No se proporcionan estimaciones de los beneficios en rendimiento ni de la cantidad total de agua a aplicar durante una temporada. Presumiblemente, esto no se conoce. El riego es un lujo para muchos agricultores. Es la ‘guinda del pastel’, que solo se considera cuando se han abordado otros factores limitantes. Dada la importancia internacional del cacao como producto comercializado, y sea cual sea la situación, no es fácil entender por qué la producción de cacao a nivel de campo tiene tan pocos recursos disponibles.

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