Necesidades de agua de la piña y sistema de irrigación

Cuánta agua necesita una piña – Cuándo regar las piñas

En primer lugar, es esencial señalar que conocer las tasas de consumo a lo largo de las etapas fenológicas de un cultivo y su relación con el entorno exterior es clave para tomar decisiones acertadas sobre la cantidad de agua que se debe aplicar [1]. Más concretamente, entre otros factores, la cantidad de evapotranspiración durante las diferentes etapas fenológicas del cultivo determina cuánta agua necesita. Esta cantidad cambia con cada fase de crecimiento y es mayor cerca del final de la fase vegetativa de la piña [2]. Cuando las piñas no reciben suficiente agua durante esta etapa vegetativa, la inducción floral se retrasa, lo cual retrasa la maduración y la recolección del fruto.

Una pluviosidad (o riego) distribuida uniformemente de 600-1000 mm al año es considerada adecuada para un crecimiento máximo. Es importante señalar que las piñas necesitan entre 80 y 100 milímetros (mm) de lluvia cada mes en general. El riego es necesario cuando la precipitación anual es inferior a 500 mm. En resumen, si la precipitación mensual es inferior a 15 mm durante tres meses consecutivos, inferior a 25 mm durante cuatro meses consecutivos o inferior a 40 mm durante cinco meses consecutivos, el riego sigue siendo necesario [3].

Una cosa que hace únicas a las piñas es que pueden crecer bien en lugares con poca lluvia. Esto se debe a que tienen una adaptación fotosintética llamada Metabolismo Ácido Crasuláceo (CAM). Esto les permite realizar la fotosíntesis durante el día, pero sólo abren sus estomas para el intercambio de gases por la noche. Esto reduce la pérdida de agua, ya que la temperatura es más fría entonces, y es una valiosa adaptación para las plantas que crecen en condiciones áridas [3]. Por lo tanto, cuando se cultivan en entornos áridos, esto aumenta enormemente su eficacia en el uso del agua disponible. Sin embargo, la escasez de agua puede reducir el rendimiento de las piñas; por lo tanto, es esencial instalar y utilizar un sistema de riego, creando las condiciones óptimas para que la piña crezca y maximice su rendimiento [4]. Además, el riego es esencial para garantizar la producción de fruta durante todo el año.

Sistemas de riego

El riego de la piña puede realizarse tanto por aspersión como por goteo. Es importante mencionar que cada uno de estos sistemas tiene sus ventajas e inconvenientes durante las distintas fases de desarrollo. Numerosos agricultores optan por utilizar una combinación de ambos. Por ejemplo, durante las fases iniciales de desarrollo de las plantas, es crucial utilizar el riego por aspersión poco después de la plantación, ya que ayuda a las plantas a establecerse bien en el suelo y permite un desarrollo suave de las raíces. Sin embargo, el riego por aspersión no es ideal para regar las plantas durante la inducción floral y la fase de fructificación, ya que puede aumentar la incidencia de enfermedades de los frutos. El riego por goteo, en cambio, puede utilizarse después del desarrollo radicular. Es fundamental complementar el riego por goteo con acolchado plástico, especialmente en zonas con fuentes de agua limitadas.

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