Enfoques de gestión de riesgos en la agricultura

Los agricultores pueden reducir el impacto de un hipotético golpe futuro repentino, accidental e imprevisto identificando, analizando y controlando sistemáticamente los riesgos de producción, operativos, de mercado/precio, financieros, tecnológicos, normativos, de infraestructura y humanos o personales.

A partir de ahí, estratégicamente, los agricultores adoptan varias tácticas diferentes para aumentar (o prevenir una disminución de) la productividad y/o aumentar la resiliencia y la adaptabilidad (por ejemplo, personal, financiera, etc.). A este grupo combinado de tácticas y enfoques sistemáticos lo denominamos gestión de riesgos agrícolas.1

Algunas de estas tácticas pueden centrarse en:

Riesgos de producción, operativos, de precios y de mercado.

• Diversificar las fuentes de ingresos plantando diferentes tipos de cultivos, anuales y/o perennes y/o combinando los cultivos con la cría de ganado o la piscicultura, el alquiler de maquinaria a terceros.
• Pretemporada de cultivos anuales, estar informado sobre las tendencias del mercado y las formas de vender los productos agrícolas que no dependen de cadenas de valor sobrecargadas que minimizan el precio a pie de explotación.
• Elegir un momento específico para sembrar/plantar, maximizar las ganancias del mercado al vender, aprovechar las ventanas temporales de oportunidad cuando ciertos bienes escasean en un mercado determinado.
• Invertir en regadío, compensando el riesgo de sequía y llevando el cultivo a su hipotético máximo potencial de productividad.
• Elegir la ubicación más favorable para una explotación en cuanto a evitar estar dispuesta a inundaciones, corrimientos de tierra, pocas horas de sol, etc.
• Elegir un sistema de explotación específico (por ejemplo, agricultura extensiva, agricultura intensiva, agricultura a pequeña escala, agricultura a gran escala, y todas las combinaciones y variaciones que puedan darse, como los sistemas de explotación que incluyen actividades forestales, acuícolas o ganaderas). Los animales pueden aportar fertilizantes muy ricos en Nitrógeno y materia orgánica, sinergizando su presencia con los cultivos y limitando los costes con fertilizantes químicos.

Riesgos financieros y de infraestructuras

• Elaborar un presupuesto para establecer un punto de referencia orientativo del funcionamiento de la explotación en términos de balance, tesorería y cuenta de pérdidas y ganancias para el año o la temporada.
• Evitar completamente pedir créditos y endeudarse.
• Si pide un crédito, tenga siempre algunas reservas en efectivo o en activos fácilmente liquidables por si la cosecha falla y el préstamo no puede devolverse como se esperaba.

Riesgos institucionales y tecnológicos

• Identificar y comprender el marco normativo que controla su actividad (por ejemplo, limitación del uso de algunos tipos de pesticidas o fertilizantes altamente contaminantes, eliminación de residuos).
• Adoptar tecnologías que mejoren la productividad, como la maquinaria, el uso de teléfonos móviles para recibir avisos sobre fenómenos meteorológicos y la adopción de servicios de extensión agraria transmitidos electrónicamente.

Riesgos humanos o personales

• Manténgase sano y evite riesgos físicos innecesarios, como no respetar las medidas de seguridad al utilizar maquinaria o aplicar productos agroquímicos.
• Si está disponible en el mercado y es posible, contrate un seguro médico para agricultores y familiares.

La mentalidad conductual (es decir, favorecer la asunción de riesgos o mostrar aversión a ellos), las experiencias históricas y la disponibilidad de mercado pueden orientar la toma de decisiones hacia el uso de mecanismos financieros de transferencia de riesgos (es decir, créditos, seguros, etc.). Si, además, estos productos financieros son de fácil acceso y responden a las necesidades y deseos del agricultor, pueden utilizarse para compensar su exposición a los riesgos.

Los seguros son extremadamente importantes en la plétora de diferentes enfoques de gestión de riesgos a disposición del agricultor. Destaca especialmente la cobertura del riesgo de producción derivado de la pérdida de cosechas, árboles, animales, edificios y maquinaria, debido a fenómenos meteorológicos o enfermedades. Proporciona la tranquilidad necesaria.

Referencias:

¹ Choudary, V., Baedeker, T. and Johnson, T. (2015) Making the Risky Business of Agriculture ‘climate-smart’, World Bank Blogs. World Bank Group. Available at: https://blogs.worldbank.org/voices/making-risky-business-agriculture-climate-smart (Accessed: November 10, 2022).